El Ministerio Fiscal sostiene que, en noviembre de 2003, la víctima, que en aquel momento tenía 12 años, se quedó a dormir en casa del acusado, que era tío suyo, junto con su prima e hija de éste. Las dos niñas se acostaron en el sofá del salón, y cuando el acusado consideró que ambas estaban dormidas, comenzó a realizar tocamientos a la víctima.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de abusos sexuales y solicita que se condene al acusado a dos años y ocho meses de prisión, abono de las costas procesales y pago de una indemnización de 4.000 euros en concepto de daños morales a la víctima, en este caso a su madre, al ser ella menor de edad.