Aunque inicialmente se planteó para recortar las subvenciones públicas de los partidos, la reforma que ahora entra en su recta final en el Congreso acabó introduciendo una serie de mejoras en el ámbito de la transparencia y la publicidad de las cuentas de los partidos y las fundaciones, así como sobre el control de esas finanzas.
En lo relativo a las fundaciones, la reforma ha impuesto el recorte del 20% también a las subvenciones que reciben, ha obligado a publicar sus cuentas y a que se sometan a una auditoría privada y a la fiscalización de todos sus ingresos por parte del Tribunal de Cuentas, y ha prohibido que puedan hacer donaciones a los partidos, que fue el germen del conocido como 'caso Palau'.
Alfred Bosch ha destacado que con estas medidas, que ERC venía defendiendo hace años, se evitarán "abusos e irregularidades" y se impedirá que las fundaciones sean un "coladero" para la financiación de los partidos políticos.
"En el fondo, todo esto significa que hay que considerar a las fundaciones de los partidos como parte integrante del juego político, porque hasta ahora se alegaba que funcionaban en otra liga --ha dicho en rueda de prensa--. Forman parte del marco de los partidos políticos y por tanto deben estar sometidas a las mismas normas de control, seguimiento y transparencia".