El volcán de La Palma, más intermitente que nunca: preocupa una gran fumarola de azufre, vapor y ceniza

  • El volcán de La Palma vuelve a encontrarse en un estado de pausa, con tendencia a la baja en la sismicidad y la expulsión de lava

  • La ceniza y los gases son una corona inestable sobre los focos emisores, una fase que convive con momentos de "piroclastos y bombas volcánicas"

  • Lo que preocupa es la increíble fumarola de color grisáceo que se aprecia en la erupción: se trata de azufre y vapor de agua, pero también un poco de ceniza

A pesar de la pésima calidad del aire en La Palma, el volcán de Cumbre Vieja sigue dando señales de agotamiento. Este lunes parece encontrarse de nuevo en un estado de pausa, volvemos a los parámetros de la semana pasada, con clara tendencia a la baja con pocos terremotos y una colada que sigue bajando por los mismos ríos y tubos lávicos que lo ha hecho hasta ahora.

Lo que preocupa es la increíble fumarola de color grisáceo que se aprecia en la erupción: se trata de azufre y vapor de agua, pero también un poco de ceniza, la cual está siendo trasladada en dirección hacia el aeropuerto, lo que puede afectar a la operatividad del mismo.

Los drones captan de cerca algunos de los 'jameos', las cuevas formadas tras el derrumbe de los tubos lávicos

La ceniza y los gases son una corona inestable sobre los focos emisores, una fase que convive con momentos de "piroclastos y bombas volcánicas". Los mismos científicos que describen instantes de enorme liberación de energía se sorprenden ante otros lapsos de tiempo en los que parece cesar la actividad.

Desde este lunes, el volcán se muestra más intermitente que nunca: subió la vibración, "hay muchos altibajos", y el aspecto de las coladas sigue presentando un curso principal en la zona central, al oeste del primer cono. Esta lengua discurre en paralelo a otra más antigua y cualquier derrame afectaría a edificaciones aún en pie.

La mejor noticia es que se mantiene el nivel bajo de seísmos. En los momentos de cese de actividad, el vuelo de los drones puede captar de cerca algunos de los 'jameos': cuevas formadas por el derrumbe del techo de los tubos lávicos que discurren hacia el océano.