El FROB y Bankia piden tres años de cárcel para Rato por emitir y "mantener ocultas" las 'tarjetas black'

EUROPA PRESS 14/01/2016 19:03

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Bankia y BFA han solicitado a la Audiencia Nacional que condene al expresidente de Caja Madrid y Bankia, Rodrigo Rato, a una pena de tres años de cárcel por emitir las 'tarjetas black' y mantener "oculta" su existencia tanto a los órganos internos de sus entidades como a los auditores externos y el Banco de España.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el FROB pide la mayor pena, que alcanza los cuatro años y nueve meses de cárcel, para el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, mientras que solicita dos años y nueve meses para quien fuera su 'número dos', Ildefonso Sánchez Barcoj.

Este organismo atribuye a Rato, Blesa y Sánchez Barcoj delitos de administración desleal y apropiación indebida, mientras que reclama penas, que oscilan entre los seis meses y los tres años de cárcel, para el resto de acusados por apropiación indebida en grado continuado.

Por su parte, Bankia y BFA reclaman cuatro años de cárcel para Blesa, tres años para su expresidente Rodrigo Rato y penas, que van desde los tres meses a los dos años de prisión, para el resto de procesados. En total, han pedido abrir juicio oral contra 55 imputados y considera a otros once responsables civiles.

TARJETAS PARA "DISFRUTE PERSONAL Y FAMILIAR"

Las entidades y el FROB, que están personadas como acusaciones particulares en esta causa, denuncian que los antiguos miembros y directivos de Caja Madrid y Bankia utilizaron para su "disfrute personal y familiar" las tarjetas 'black', a las que cargaron gastos de "marisquerías de cuatro y cinco tenedores, comercios de lujo, hoteles de cinco estrellas o líneas aéreas en periodos vacacionales".

"Fueron utilizadas en restaurantes y bares, desplazamientos y viajes, hoteles, compras en grandes superficies, tiendas de ropa, alimentación, joyas, obras de arte, farmacia, equipos deportivos, enseres domésticos, libros", recoge Bankia, para añadir que 28 exconsejeros de Caja Madrid siguieron utilizando sus 'visas' hasta ocho meses después de cesar en sus cargos.

En su escrito de calificación provisional, al que ha tenido acceso Europa Press, Bankia y BFA culpan a Blesa y Rato de "excederse" de las facultades que tenían atribuidas para emitir estas tarjetas al margen del circuito ordinario, "conscientes de que para ello no existía cobertura contractual ni estatutaria y manteniendo su existencia oculta a cualquier órgano de la entidad distinto a los propios beneficiarios así como al auditor externo y al Banco de España y permitiendo su contabilización de forma anómala".

Las tarjetas, que no formaban parte del sistema de retribución, tenían un límite que era "discrecionalmente" fijado por el presidente ejecutivo en función de quién fuera su beneficiario. "Los usuarios no tenían que justificar los importes dispuestos de ninguna forma", añaden.

Las entidades señalan que estas 'visas' eran gestionadas por el departamento que dirigía el que fuera director financiero Ildefonso Sánchez Barcoj, quien "siguiendo las indicaciones que le impartían Blesa y Rato, transmitía a través de sus secretarias al departamento de tarjetas". En ocasiones, los plásticos fueron entregados por él mismo y, en otras, por el ex secretario general Enrique de la Torre.

Bankia, que critica que los gastos no eran declarados a Hacienda y tuvieron un "carácter personal completamente ajeno a sus funciones", solicita que Blesa pague una indemnización de 9,3 millones de euros, Rato abone otra de 2,6 millones y que Sánchez Barcoj responda por el perjuicio de 575.071 euros que provocó y de forma solidaria por el causado por el resto de usuarios, que alcanza los 11,4 millones.

En su escrito, la entidad desvela que conoció la existencia de estas 'visas' a raíz de un "insólito" correo electrónico del ex secretario general de Caja Madrid Enrique de la Torre a su sucesor en el cargo, Jesús Rodrigo, que hablaba de unas tarjetas de representación que eran "black a efectos fiscales" y sobre las que tenía dudas de que la jefa de inspección las mantuviera.