El Gobierno de EE.UU. insiste en que no se involucrará en el movimiento interno iraní

AGENCIA EFE 23/06/2009 00:00

La posición del Gobierno estadounidense ha generado un importante debate interno en el país, donde la oposición republicana reprocha a Obama lo que considera una actitud "tímida y pasiva" respecto a los iraníes que reclaman reformas.

En una entrevista concedida a la cadena CBS y emitida hoy, el mandatario insistió en que EE.UU. no debe involucrarse en el movimiento postelectoral que se ha generado en Irán y permitir que el régimen actual transforme el debate sobre el resultado de los comicios en una discusión sobre Estados Unidos.

"Esto es lo que siempre hemos visto y no deberíamos entrar en ese juego. No debemos convertirnos en una distracción de lo que ocurre en Irán, del hecho de que son los propios iraníes los que hacen escuchar su voz", explicó.

El Gobierno estadounidense, aseguró, sigue de cerca los acontecimientos aunque como un observador.

"Ahora lo mejor que podemos hacer es dar testimonio ante el mundo de las increíbles protestas que hemos visto" en Irán, resaltó el presidente, que instó al régimen islámico de Teherán a "detener toda la violencia y las acciones injustas contra su propio pueblo".

Obama emitió un comunicado en líneas similares el pasado sábado, ocho días después de que las autoridades iraníes proclamaran vencedor oficial de las elecciones al presidente Mahmud Ahmadineyad, por más del doble de votos que su principal rival, el moderado Mir Hosein Musaví, lo que ha dado lugar a manifestaciones multitudinarias de la oposición.

El gobernante estadounidense sabe que debe hilar muy fino en todo lo relativo a Irán, puesto que las autoridades iraníes ya han acusado a la prensa de su país y a la británica de querer desestabilizar la nación y cualquier intervención de su parte puede ser contraproducente.

Tampoco quiere causar una confrontación con el régimen, pues desde su llegada a la Casa Blanca, ha ofrecido un nuevo diálogo a Irán, basado en el respeto, si este país accede a cumplir sus compromisos internacionales.

Los republicanos consideran que esa posición es demasiado tibia y ayer, en declaraciones al programa "This Week" de la cadena ABC, el senador Lyndsey Graham afirmó que "se supone que el presidente de EE.UU. debe liderar al mundo democrático, no ir por detrás".

La Casa Blanca asegura que el mensaje de Obama ha evolucionado a medida que se han ido produciendo los acontecimientos.

Si en los primeros días ponía más el hincapié en que el resultado electoral era una cuestión interna iraní, desde que el pasado viernes el líder espiritual de ese país, el ayatolá Alí Jameneí, advirtiera de que los manifestantes serían responsables de posibles derramamientos de sangre, el presidente ha enfatizado el concepto de "justicia".

Expertos como Jon Alterman, del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, opinan que el concepto de "justicia" está más integrado en la mentalidad del mundo musulmán que el de "libertad", la palabra que prefería el anterior presidente estadounidense, George W. Bush.

La Casa Blanca también destaca que Obama se encuentra muy pendiente de los acontecimientos en el país persa.

El sábado mantuvo una serie de reuniones acerca de Irán y el domingo participó en un encuentro con sus asesores por espacio de media hora en el Despacho Oval también sobre la situación en esa nación.

Pero la posición de Jefe de Estado estadounidense no le ha generado sólo críticas, sino también defensores.

En este sentido, el hijo del derrocado Sha Mohamed Reza Pahlevi, Reza Cyrus Pahlevi, se mostró hoy "alentado" por sus recientes declaraciones.

La senadora demócrata Dianne Feinstein destacó la importancia de que el movimiento de protestas haya partido de los propios iraníes.

"Es crucial, tal y como yo lo veo, que no nos metamos en esto. Es (un movimiento) que realmente está inspirado por el pueblo iraní", declaró.

Y el republicano Richard Lugar ha afirmado que Washington debe centrarse en el programa nuclear del régimen de Teherán, no en las manifestaciones callejeras.

El viernes, republicanos y demócratas impulsaron en el Congreso una resolución que condenó la violencia contra los manifestantes por parte del régimen y "la continua represión gubernamental".