La primavera fue benigna, con lluvias hasta bien entrado el mes de junio. Eso ha ayudado a que este 2013 esté siendo el de menos superficie quemada de la última década. Pero todavía no se puede cantar victoria. En el año 2006, por ejemplo, la campaña de incendios forestales estaba siendo de las mejores. Pero todo se torció en agosto. Con esa precaución, y sin olvidar lo ya arrasado, las cifras están sonriendo. En los ocho primeros meses del año llevamos la mitad de incendios que en 2012. Hasta el 25 de agosto, 6341 fuegos que han carbonizado 33.069 hectáreas, frente a las 180.000 que habían ardido a esas alturas el año pasado. Investigar los incendios no es tarea fácil. Hay que buscar el origen, el punto de inicio, para ahí recabar la mayor cantidad de pruebas. De momento, los algo más de 900 agentes del SEPRONA titulados en esta especialidad han logrado resolver 675 incendios, casi un 40% de los que han intervenido. La mayor parte de ellos obedecen a causas accidentales (30%), negligencias (28%) y naturales (24%). La Guardia Civil ha demostrado, además, que 124 incendios, el 18%, han sido intencionados. De momento, Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana y Castilla y León se llevan la palma en número de actuaciones. Castilla-La Mancha, Extremadura e Islas Baleares es donde más detenciones o imputaciones han tenido lugar. Eso en lo que se refiere a los incendios esclarecidos, porque todavía hay un buen número de investigaciones abiertas. Cualquier dato que crea que pueda ayudar en esa tarea, puede comunicarlo a la Guardia Civil a través de su teléfono 062.
Consejos para evitar incendios forestales
Además del sentido común, las recomendaciones del Instituto Armado son las siguientes:
- No haga fuego fuero de los lugares habilitados para ello y nunca en días de fuerte viento.
- Asegúrese de que el fuego queda completamente apagado.
- Si advierte un fuego descontrolado o se ve inmerso en una situación de peligro, llame inmediatamente a la guardia Civil (062), al cuerpo de Seguridad competente en la zona o al 112.
- De verse envuelto en un incendio y especialmente si hace viento, lo mejor es protegerse siempre en las zonas que ya estén quemadas.