La operación Babel fue el cerco definitivo a Iñaki Urdangarin tras años de investigaciones y sospechas. El 8 de noviembre de 2011 la Policía Judicial registraba la sede en Barcelona del Instituto Nóos y de otras sociedades mercantiles asociadas al duque de Palma y a su exsocio Diego Torres. No había pasado ni un mes del desfile del 12 de octubre, el que se ha convertido ya en el último acto oficial del rey al lado de su yerno. Zarzuela decide entonces marcar distancias. Lo aparta de su agenda y llega a calificar su comportamiento como "no ejemplar". Cinco días después del mensaje de Nochebuena del rey, Iñaki Urdangarin es imputado por presuntos delitos de evasión de impuestos, fraude fiscal, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos cometidos supuestamente a través del instituto Nóos y otras sociedades. Su papel simbólico y la exculpación de la infanta Cristina fue su línea de defensa en su primera comparecencia ante el juez Castro. Pero la incorporación desde entonces de nuevos documentos y de correos electrónicos comprometedores para él, la Casa Real y varios cargos públicos dan un nuevo giro a la investigación: Un goteo de correos, más de 200 proporcionados por Diego Torres, que no se descarta que continúe.