Los objetivos de este viaje es tomar contacto directo con la realidad política, policial y de seguridad vasca, después de que la banda terrorista ETA anunciase el pasado mes de octubre el cese definitivo de la lucha armada.
En este sentido, los responsables del ministerio del Interior se reunirán con la cúpula del Partido Popular en Euskadi, así como con responsables del Gobierno vasco que preside el socialista Patxi López y que tienen una posición sobre la política penitenciaria que debe seguirse, contraria a la de los populares. Jorge Fernández ya ha conversado en los últimos días con el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares.
En su primer discurso como ministro del Interior, Jorge Fernández, lanzó un nítido mensaje a la banda terrorista, asegurando: "es razonable que nos alegremos porque la banda diga que deja definitivamente las armas, pero aunque es condición necesaria, no es suficiente y tiene que dejar de existir".
En este sentido, la fuentes consultadas por Europa Press reiteran que el Gobierno central no va tener en cuenta ninguna de las demandas de la izquierda abertzale para que acerque presos de la banda terrorista a cárceles próximas al País Vasco o flexibilice la política penitenciaria.
El Ejecutivo de Patxi López también apoya algunas de estas demandas, pero la tesis en el Gobierno central y en el PP vasco es que debe ser ETA la que dé pasos y haga nuevos gestos, por ejemplo con el desarme o la disolución completa de la banda.