Empezaba a caer la noche y Luis Bárcenas hacía la aparición en su casa. El reloj marcaba las 7 y cuarto. Y con la retirada de pasaporte y en situación, ya sí, de libertad provisional declara que está "muy contento y muy satisfecho". El extesorero había salido de su domicilio a las 10.15 de la mañana. A esa hora le esperaba la prensa y aun creía poder probar su inocencia. Del calor de su hogar se dirigió al despacho de su abogado y de allí ya salió mudo rumbo a la Audiencia Nacional. Ahora sí, ya le tocaba presentarse ante el juez Pablo Ruz, las fiscales anticorrupción y más de 20 abogados de la acusación particular que le esperaban para preguntarle por sus cyuentas en Suiza y el enorme enriqueciminto patrimonial del que se ha beneficiado. La calle le esperaba con vallas, con seguridad y con decenas de medios de comunicación. Una declaración que ha convertido su día, por lo menos, en un día muy largo.