En su visita a Pekín entre el lunes y el miércoles de la semana que viene, Lula estará acompañado de una nutrida expedición de 240 empresarios brasileños que tratarán de ahondar las relaciones comerciales con el primer comprador mundial de productos brasileños.
Entre otros sectores, el mandatario brasileño intentará impulsar el de la carne, por lo que urgirá a las autoridades chinas para que aceleren los permisos fitosanitarios a los frigoríficos brasileños.
También intentará cerrar un acuerdo para la exportación de 25 aviones del fabricante Embraer, al que "le falta solo la firma del Gobierno chino" para ser concluido, aseguró el ministro en una rueda de prensa.
Finalmente, Lula intentará promover la tecnología brasileña de motores "flex" para vehículos que admiten tanto gasolina como etanol, lo que abriría un "mercado espectacular" y de "alto valor agregado", puesto que China fabrica 880.000 autos por año.
"Nuestro problema actual es que el 76,9% de nuestras exportaciones a China están concentradas en materias primas, lo que no ocurre en otros países", explicó Jorge.
Ese porcentaje se reparte entre la soja y sus derivados, el mineral de hierro y el petróleo, según estadísticas oficiales brasileñas.
Las ventas de estos productos creció un 86,3% entre enero y abril, lo que contribuyó a un salto del 64,7% del total de las exportaciones brasileñas al gigante asiático.
En esos cuatro meses, Brasil exportó a su socio 5.600 millones de dólares (12,9% del total de sus ventas externas), lo que llevó a China a convertirse en el principal cliente de Brasil, superando a Estados Unidos por primera vez en la historia.
Las importaciones cayeron en el mismo período un 17,2%, hasta los 4.600 millones de dólares, que se concentraron en un 97,7% en productos industrializados.
Lula también tratará de promover las inversiones de China en Brasil, que entre 2002 y 2008 solo sumaron 99 millones de dólares, un tercio de lo que invirtió el país suramericano en su socio.
Para ello, tratará de cerrar un acuerdo con el Gobierno chino para inaugurar una oficina de la agencia estatal de promoción de inversiones (APEX) en Pekín.
La delegación de la petrolera estatal brasileña Petrobras que acompañará a Lula también estudiará la posibilidad de cerrar acuerdos con su similar china para emprender proyectos de exploración de crudo en aguas profundas de ese país, según Jorge.