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“Cuando hace un año me instalé en Barcelona, Ciudadanos, que me ofreció su apoyo, era un partido liberal, progresista, europeísta y centrado. Compartí muchas cosas con Ciudadanos. Poco a poco, sin embargo, aquel partido, el partido que había ganado las elecciones del 21 de diciembre (comicios catalanes), se fue convirtiendo en un partido diferente. Y yo, como hombre de izquierda y progresista, traje mi compromiso a España para acabar participando en la lucha por liderar las derechas, o relevar al PP o impidiendo la formación de un gobierno con mayoría constitucionalista en este país”, ha criticado con dureza Manuel Valls en una rueda de prensa que ha tenido lugar dos días después de que los de Albert Rivera escenificasen la ruptura con él, quien fuese su candidato a la alcaldía en la Ciudad Condal.
La formación naranja no perdona que Valls, pese a las advertencias, haya concedido su decisivo apoyo a Ada Colau para auparla de nuevo como alcaldesa de Barcelona. Ni siquiera aunque en sus razones para argumentar por qué lo hacía alegase que era la forma de evitar que gobernasen los independentistas; Ernest Maragall, de ERC.
Para Ciudadanos, “la señora Ada Colau ha hecho lo mismo que el señor Maragall: poner el lazo amarillo en el Ayuntamiento como si fuese el tablón de anuncios del separtismo”. “La diferencia entre Colau y Maragall es muy poca”, manifestó Inés Arrimadas al comunicar la ruptura con Valls y que el partido naranja pasaba a tener grupo municipal propio en el Ayuntamiento.
Contundente, Valls ha recordado a los de Albert Rivera que “no se puede pintar siempre España en blanco y negro”, señalando los peligros de esa lucha ciega e inflexible entre dos bloques.
Del mismo modo, ha cargado contra la estrategia del partido, denunciando que "además de sectaria, ha sido y es una estrategia equivocada que provoca el sentimiento de que se ha sacrificado Cataluña por ventajas electorales en el resto de España".
No se ha quedado ahí la crítica del ex primer ministro francés, que ha ahondado en ese viraje de un Ciudadanos que, subraya “se ha convertido en el partido que ahora pacta, de hecho, con una formación iliberal, reaccionaria y antieruopea”, señalando los distintos acuerdos alcanzados en donde también está Vox, formación de Santiago Abascal.
Tras justificar que "en algunos momentos" fue su "compromiso con Barcelona y barceloneses lo único que frenó la ruptura después de las elecciones andaluzas", firme en su decisión y sus argumentos, Valls ha cerrado su discurso con un aviso: “Cada uno es responsable de sus actos”.