Así lo ha comunicado Pablo Iglesias en una entrevista en Cuatro, en la que ha avanzado que su intención es recalcar ante el presidente del Gobierno la necesidad de solucionar los problemas "políticos" en Cataluña "dialogando", y no a través de decisiones judiciales.
La reunión se enmarca en la ronda de contactos que abrió Rajoy la semana pasada con los líderes de los principales partidos para abordar la nueva situación en Cataluña en el contexto del desafío soberanista, y llega después de los encuentros que ya mantuvo con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el día 15, y con el de Ciudadanos, Albert Rivera, el día 17.
Ese jueves 17, tras verse con Rivera, Rajoy e Iglesias hablaron por teléfono para fijar su encuentro. "No estamos de acuerdo con la excepcionalidad ni con la línea represiva de los partidos monárquicos, pero el diálogo sin exclusiones entre todos los actores es imprescindible", aseguró entonces el líder de Podemos, que siempre ha rechazado la aplicación del artículo 155 en Cataluña, y así se lo volverá a hacer saber al jefe del Ejecutivo el próximo martes.
IGLESIAS LE PEDIRÁ A RAJOY QUE SE VAYA
Más allá, además de hablar de Cataluña, Iglesias prevé aprovechar su encuentro para expresar al presidente su rechazo a que siga gobernando, sobre todo después de la sentencia de la trama Gürtel. "Le diré que voy a seguir trabajando para echarle del Gobierno", ha afirmado.
El líder de la formación morada ha vuelto a pedir este jueves al PSOE la necesidad de impulsar una moción de censura contra Rajoy, al considerar que ha quedado probado que el PP es un "partido de delincuentes", que no puede seguir al frente del Gobierno.
El encuentro con Mariano Rajoy se producirá además un día después de que Podemos anuncie los resultados de la consulta en la que sus bases decidirán si Iglesias y su pareja y portavoz parlamentaria, Irene Montero, deben dimitir tras la polémica compra de un chalé de más de 600.000 euros, en el caso de que consideren que su credibilidad y su coherencia se ha visto comprometida.
No obstante, su continuidad en el liderazgo de Podemos se da por hecho, teniendo en cuenta la popularidad con la que cuentan Iglesias y Montero entre su militancia. Por ello, el escenario según el cual el secretario general tuviera que cancelar su reunión por no estar ya al frente de la formación es altamente improbable.