Los hospitales soportan ahora todo el peso de esa marea de contagios que se desencadenó con la llamada quinta ola y que todavía sigue haciendo estragos. A diferencia de la incidencia, los datos relativos a los ingresos y la ocupación de camas siguen en aumento. Esta semana, de hecho, según manifestaba la doctora María José Sierra, jefa de área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, en su comparecencia del pasado lunes, la ocupación de camas de UCI ha aumentado un 20%. Actualmente, uno de cada cinco pacientes ingresados en una unidad de cuidado intensivo lo está por covid-19.
La media de ocupación de UCI está en 20,78%, pero algunas comunidades autónomas, como Cataluña, con un 48,40%, dan cuenta de la saturación que existe en algunos hospitales, y sobre todo en los más pequeños.
Los datos tampoco son buenos en Madrid y Baleares, con cifras de ocupación que rondan el 29% y 24%, respectivamente.
En este contexto, los sanitarios están agotados. En pleno mes de agosto, además, en algunas zonas turísticas, la población se multiplica respecto a otros periodos del año, lo que se hace sentir también en la presión asistencial: “Lo que se está viendo este año no lo habíamos visto nunca. Nos estamos viendo desbordados”, afirma Daniel Reyes, médico de Urgencias del Hospital de Benalmádena.
Exhaustos están también en Atención Primaria, donde la quinta ola ha terminado por provocar el colapso. En Madrid no hay refuerzos, y los médicos denuncian estar al límite: “En estos últimos 10 días se han dado de baja cuatro compañeros por depresión”, y en un solo centro de salud, cuenta Ana Ceballos, médico de familia en la Comunidad de Madrid.
Situación similar hay en otros lugares como Alicante, donde conseguir cita es complicado:
“Por teléfono es imposible”. “Cuando suena, no lo cogen”. “Tienen citas de un mes o de dos meses”, afirman algunos afectados.
Y lo mismo sucede en Andalucía, donde denuncian: “Saturado. Está saturado y da miedo venir”. Además, algunos se topan con citas que, tras conseguirlas, se anulan: “Me han llamado hoy a las tres semanas y al final ni me han atendido ni nada”, cuenta un hombre.
Desesperación de los médicos y desesperación de los pacientes: la quinta ola sigue manteniendo a nuestro país en alerta y con incidencias de riesgo extremo.