El ministro de Hacienda puede ser destituido por el escándalo parlamentario

AGENCIA EFE 02/06/2009 10:46

Darling tuvo que disculparse la pasada noche y prometer que devolvería 668 libras (762 euros) de gastos de comunidad reclamados indebidamente al erario público.

Todos los medios dan casi por seguro que el primer ministro británico, Gordon Brown, aprovechará el mal resultado electoral que todos vaticinan para proceder a un reajuste ministerial, que podría afectar a carteras claves como es la del Tesoro.

El propio Darling pareció reconocer anoche cuál es su próximo destino al declarar públicamente: "Me gustaría seguir hasta que haya un reajuste. Pero es Gordon Brown quien decide".

Según algunas fuentes, el candidato con más posibilidades de suceder a Darling es el actual ministro para las Escuelas, Ed Balls, que fue la mano derecha de Brown cuando éste ocupaba el ministerio de Finanzas.

Brown trató de justificar a Darling al señalar que había cometido un error "involuntario" al reclamar el pago y elogió su labor como ministro aunque no quiso responder a los rumores sobre su posible remoción en caso de reajuste ministerial.

Pero el líder del partido liberal-demócrata, Nick Clegg, y su portavoz para asuntos del Tesoro, Vince Cable, insistieron en que Darling tiene que ser destituido porque el guardián de la Hacienda británica tiene que ser una persona "con autoridad moral" y por encima de toda sospecha.

El portavoz de Finanzas de la oposición conservadora, George Osborne, acusó a su vez a Brown de "titubear" y dijo que no se puede tener a un ministro del Tesoro tocado del ala "en medio de una recesión".

Otro ministro en la misma situación que Darling es el titular de Transportes, Geoff Hoon, que, según el Daily Telegraph", presentó facturas indebidas por su segunda vivienda.

Hoon tuvo también que disculparse públicamente, describió lo ocurrido de "error administrativo" y devolvió las 384 libras (438 euros) cobradas sin que le correspondiera.

Ese gesto puede no acabar con sus problemas, pues el político laborista se ha visto acusado además de cargar al erario público la factura por los servicios de un asesor fiscal y gastar miles de libras de dinero público en amueblar su segunda vivienda.

El Daily Telegraph lleva ya veintiséis días revelando reclamaciones indebidas, poco éticas o inelegantes de más de seiscientos miembros de la Cámara de los Comunes, desde ministros del Gobierno hasta simples diputados.

La Policía Metropolitana hasta ahora no ha intervenido, pero estudia la posibilidad de investigar los casos que puedan presentar indicios de delito.

Mientras tanto, el primer ministro, Gordon Brown, se niega a convocar elecciones anticipadas, como le reclama el líder de la oposición conservadora, David Cameron, o a dimitir, como quieren que haga algunos miembros de su propio partido, temerosos de que, de continuar en el poder, el descalabro electoral en las próximas generales alcance proporciones históricas.

A todo lo que parece estar dispuesto el líder laborista es a cambiar a algunos ministros, proponer una reforma electoral, capear el actual temporal y aguantar como sea hasta dentro de un año, cuando no tendrá más remedio que someterse al veredicto de las urnas.