Más de 250 periodistas extranjeros en unas elecciones con interés inusitado

AGENCIA EFE 09/06/2009 11:58

La decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de cambiar décadas de hostilidad política por un proceso de reconciliación ha colocado la designación del mandatario iraní en el escaparate mundial, pese a que su cargo tenga una influencia menor en la política exterior del país.

En Irán, el poder lo ejerce el líder supremo de la revolución, ayatolá Ali Jamenei, asistido por el poderoso e influyente Consejo de Guardianes.

El líder, cuyo poder es omnímodo, es quien decide en asuntos de trascendencia del Estado, como la política exterior o el conflictivo programa nuclear.

A su vera, el presidente es, ante todo un gestor de los asuntos internos, aunque tenga una importante proyección internacional.

Desde el exterior, no obstante, se espera con interés conocer si una posible salida del poder del conservador Ahmadineyad pudiera suponer un cambio en las duras políticas que el régimen y el gobierno iraní ha mantenido en los últimos cuatro años.

Por ello, 265 periodistas llegados desde 44 países están presentes en Teherán para informar sobre un acontecimiento que se considera crucial para el futuro del país.

"La mayoría proceden de el Reino Unido, Francia, Alemania, Japón y Estados Unidos", país éste último con el que Irán rompió sus lazos diplomáticos en abril de 1980 explicó hoy el director del centro de prensa extranjera del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica, Mohsen Moqadaszadeh.

El número de periodistas extranjeros acreditados supone uno de los récords de asistencia de la prensa internacional a Irán, un país que suele ser muy restrictivo en la concesión de visados y que ejerce un estricto control sobre los medios de comunicación, tanto locales como extranjeros.

Según la organización Periodistas Sin Fronteras, el régimen de los ayatolá es uno de los principales "predadores de la prensa" en el mundo.

Desde que en 1997, el gobierno entonces liderado por el reformista Mohamad Jatamí tratara de emprender una apertura del país, el Poder Judicial iraní ha cerrado decenas de publicaciones en el país y encarcelado a numerosos periodistas locales.

Según los periodistas locales, la situación ha empeorado durante los cuatro años del mandato de Mahmud Ahmadineyad, quien el próximo viernes aspira a la reelección.

El último caso sonado ha sido el de la periodista iraní de ascendencia norteamericana, Roxana Saberí, detenida el pasado 31 de enero en un proceso cargado de irregularidades que llevó a la reportera a la cárcel acusada de espionaje en favor de Estados Unidos.

La polémica fue ampliamente seguida por la prensa internacional, e incluso acaparó la atención del presidente Obama, que se sintió "decepcionado" por la actitud del régimen iraní.

En una decisión sin precedentes -que ha sido explicada en clave política- la periodista fue puesta en libertad el pasado 18 de abril, después de que su pena fuera reducida y dejada en suspenso, lo que ha destapado las diferencias que existen en el seno del régimen de Irán.

Menos suerte ha tenido el periodista canadiense de origen iraní Husein Derakhshan, considerado el padre de los bloggers en Irán, quien fue arrestado el pasado mes de noviembre en Teherán, poco después de regresar a la capital iraní tras vivir en Toronto durante ocho años.

Famoso por haber conseguido combinar el sistema "unicode" y las herramientas libres de internet, lo que permitió que se pudieran abrir fácilmente blogs en persa, fue acusado de espionaje a favor de Israel, país al que había viajado en 2006.

La situación no es mucho mejor para los medios de comunicación extranjeros, en espacial los angloamericanos, que también soportan la presión del régimen.

El pasado sábado, en plena campaña electoral, Ahmadineyad, acusó a dos medios de comunicación extranjeros de injerencia en las elecciones presidenciales, al atacar continuamente la gestión de su Gobierno.

En una entrevista con la radio nacional iraní, aireada esta madrugada, el líder conservador apuntó a las emisiones en lengua farsi de la cadena British Brodcasting Corporation (BBC) y de la estadounidense Voice of America.

"Dos importantes cadenas de dos poderes colonialistas me están atacando en el 80 por ciento de su programación", afirmó Ahmadineyad en aparente alusión a ambas emisoras.

Desde que el pasado 14 de enero la televisión británica decidiera abrir su primer canal en farsi, destinado a más de cien millones de personas, en su mayoría en Irán, los periodistas iraníes han denunciado "acosos" de parte del régimen.