Presidente del Senado de nuevo con mayoría absoluta mientras que José Bono es el primer presidente del Congreso en segunda votación, ¿usted es un punto de encuentro entre diferentes ideologías?
Trato de relativizar ese hecho. No resto importancia a la situación pero la legitimidad es la misma. Creo que Bono es una persona con un recorrido político y una trayectoria importante y no es menos presidente que yo. Ambos hemos conseguido mayoría suficiente en las cámaras para llegar a la Presidencia del Congreso y del Senado.
¿Qué le queda pendiente para la próxima legislatura como presidente de la Cámara Alta?
Me queda conseguir un clima de entendimiento y de consenso. Necesitamos compartir un espacio de trabajo donde los ciudadanos se vean representados. Mi misión es que cambie el clima y abandonar la crispación. Si consigo ese espacio de entendimiento el segundo objetivo es la reforma del Senado. Es necesario adaptar esta institución a la España de hoy.
¿Es tan necesaria la reforma del Senado?
La reforma no es necesaria es obligada. Hace falta una institución donde se pueda discutir el modelo territorial, donde llegar a acuerdos y plantear desacuerdos. Con la colaboración, cooperación y representación de todos. La España de hoy necesita un debate tranquilo y sosegado desde la inteligencia y no desde la pasión para llevar a cabo esta remodelación.La reforma no es un capricho político es una necesidad de la sociedad.
¿Cree que el tono político puede relajarse y llegar a consensos sobre los grandes temas de Estado en esta legislatura?
Si la política quiere sí. En la pasada legislatura fuimos testigos de un debate artificial y exagerado. Los ciudadanos no viven con los problemas que tenemos en política. Necesitamos consenso para tratar con normalidad los temas y que los ciudadanos se vean reflejados en las cámaras. España es como es. Hay que entender que lo que nos une es más que las diferencias y se debe dejar atrás el nacionalismo desde el lugar en el que se vive. Vienen momentos muy interesantes para la política y para el debate en la sociedad.
Usted llegó a decir que la pasada legislatura fue la de "la falta de respeto y la mala educación", ¿piensa igual desde la distancia?
No sólo lo dije si no que me reafirmo en la mala educación y la falta de respeto que sufrimos la pasada legislatura anclados en el insulto y el exabrupto. Los políticos fueron un mal ejemplo. Voy a trabajar por un clima amable sin que nadie se deje nada en el tintero y donde todos estemos representados. El PP vive momentos de cambio.
Rajoy intenta renovar la imagen del partido con nombramientos como el de Sáenz de Santamaría, ¿un gesto de los populares hacia posturas más moderadas?
Siempre he exigido respeto por los cambios dentro del PSOE. Les deseo el mayor de los éxitos pero a mí no me corresponde juzgar los cambios dentro del PP.
¿Un deseo para la próxima legislatura?
La convivencia es mi leitmotiv de cara al próximo ejercicio. Deseo que el PP y el PSOE, como fuerzas mayoritarias, lleguen a acuerdos en los temas fundamentales y fuésemos capaces de pactar sin excluir al resto porque son parte de la España plural. Mi propuesta es la de tender la mano, un país para todos donde se respete al adversario. Por encima de todo deseo celebrar la libertad y la paz. El terrorismo nos ha costado mucho tiempo y ya llevamos más de 30 años conviviendo con él. Me gustaría que futuras generaciones nos pregunten por ETA como algo pasado. Espero que esta sea la legislatura de la paz. Poder ver a todos juntos para el afecto y no para el reproche. En resumen, paz, libertad y convivencia.
¿Ve cercano el fin de ETA?
Está complicado ver el final de la banda terrorista. ETA nos ha robado ya demasiadas cosas y no puedo permitir que nos robe también los sueños.