Esta visita del jefe del Ejecutivo se produce un día antes del 9 de noviembre, fecha elegida por la Generalitat de Cataluña para su consulta alternativa y que el Gobierno decidió impugnar ante el Tribunal Constitucional el pasado viernes.
Rajoy clausurará el sábado dos días de debate sobre buen gobierno autonómico, pero tendrá sobre todo en Cáceres una plataforma para lanzar un mensaje a Artur Mas ante la celebración el domingo del "proceso participativo", según lo ha bautizado el presidente catalán, que sigue haciendo llamadas a los ciudadanos para que acudan a votar.
Es posible que para entonces la celebración de esa nueva consulta esté suspendida por el Tribunal Constitucional, que se reunirá este martes para decidir si admite a trámite el recurso del Gobierno y la suspensión que le solicita de todas las actuaciones dirigidas a celebrar esta alternativa.
Fuentes del Ejecutivo han asegurado que el del sábado es, por el momento, el único acto público de Rajoy ese fin de semana, aunque todo dependerá de qué ocurra el domingo en Cataluña. El Gobierno ha advertido a Mas de que debería "esta vez" acatar lo que resuelva el alto tribunal y de que, si con la primera consulta vulneró la Constitución, ahora podría estar vulnerando derechos de los ciudadanos. "Es un paso más", dijo este viernes la vicepresidenta.
MOVILIZAR A LOS SUYOS
Las jornadas de Cáceres fueron avanzadas por el vicesecretario de Organización tras el verano. Carlos Floriano aseguró que el PP quiere difundir las buenas prácticas de los gobiernos autonómicos y organiza las primeras jornadas para ello en casa de José Antonio Monago.
El presidente extremeño mantiene en ocasiones en público opiniones que suenan diferente del discurso de la dirección nacional del PP. Ha sido así con la ley del aborto, por ejemplo, al poner en duda la reforma según estaba planteada por el exministro Alberto Ruiz-Gallardón. Y tras la petición de perdón de Rajoy el pasado martes por la corrupción, añadió que no son suficientes las palabras y que se debe actuar "con contundencia".
La presencia del presidente del Gobierno en Extremadura busca también movilizar a los afiliados y dirigentes locales del PP, desanimados precisamente por los escándalos de corrupción y que deben afrontar en siete meses unas elecciones locales y autonómicas con las encuestas, por el momento, en contra.