La opinión pública lo grita en las calles de toda España: la víctima de 'La Manada' sufrió intimidación solo por el hecho de enfrentarse a cinco jóvenes en un cubículo estrecho. Sin embargo, el lenguaje común no coincide con los términos jurídicos. El tribunal de Pamplona no ha apreciado intimidación y por lo tanto no ha condenado a los acusados por agresión sexual.
Los magistrados consideran que los hechos probados suponen una situación de prevalimiento, una superioridad de la que se valieron los acusados frente a la víctima. Al no haberse producido una amenaza previa, inmediata, grave y determinante no hay intimidación. Estas consideraciones han incendiado las calles y abierto un profundo debate entre los juristas.