Lo que llevo a este gallego a optar por tan distinto método de regadío fue la falta de agua en su huerta.
Quienes tienen la oportunidad de ver semejante planta no se quedan indiferentes.
Pese a que su altura ya es extraordinaria su empeño no tiene fin y ha decidido seguir cuidando a este girasol con mucho mimo a la espera de que, cada día, les sorprenda.