1. Cena antes de las ocho: A medida que avanza la noche, el metabolismo tiende a ralentizarse y nuestra actividad física es menor, por lo que las grasas en vez de quemarse serán almacenadas.
2. Desayuna avena cocida: Ya sea en agua o en leche desnatada para quemar grasas. Por su alto contenido en fibra, genera una gran sensación de saciedad. Además, contiene betaglucanos, unas sustancias que absorben el colesterol y los ácidos biliares del intestino.
3. Evita el azúcar en grandes y pequeñas cantidades: El gran aliado del efecto rebote y del aumento de peso. No sacia y crea adicción. Tan solo evitando el consumo de este producto, la pérdida de peso será notable sin la necesidad de dietas.
4. Completa tu dieta con fibra de salvado de trigo: Ayuda a adelgazar ya que absorbe agua y ocupa volumen, por lo que te mantendrá saciado durante más tiempo.
5. Bebe más agua: Cuanta más agua bebas, menos líquidos retienes. Si coges la rutina de beber al menos dos litros de agua al día, notarás en poco tiempo cómo tu cuerpo ha dejado de retener esos líquidos que te aportan los ‘kilos de más’.