Hacer turismo y dormir como en casa

Sustituyen la impersonalidad de un hotel por la sensación de un hogar. Con precios muy competitivos. Todos los pisos que visitamos tienen una historia especial y se localizan en sitios estratégicos. Desayunar frente a las puertas del Palacio Real es posible con sólo abrir las puertas de los balcones de un piso que se alza en plena plaza de Oriente y con capacidad para seis personas.

En la misma zona, a tan sólo unos metros del Teatro Real y en un edificio lleno de historia, descubrimos un apartamento para dos con decoración musical. Sus paredes están adornadas por un adagio de Bach. Una colección de flautas preside el salón y el cabecero de la cama está lleno de notas musicales. En un edificio del siglo XVII totalmente remodelado, nos recibe una familia de Sao Paolo de vacaciones en España. Son cinco y para viajar prefieren una casa que un hotel porque les permite estar todo el tiempo juntos.

La empresa que les alquila estos pisos les ofrece también otros servicios como visitas guiadas al Museo del Prado o al Santiago Bernabeu. Conviven con la comunidad de vecinos y con el barrio. Y se llevan una impresión de la ciudad más cercana. La que permite vivir fuera como en casa.

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