10 años después, la ciudad italiana de L'Aquila sigue sin recuperarse del devastador terremoto

Informativos Telecinco / Agencias 06/04/2019 12:20

Uno de los afectados fue Paolo Paolucci, un residente de la pequeña aldea de Onna, quien logró poner a salvo a su mujer y a sus hijos. "Aquel día, conquistamos a la muerte", asegura diez años después, en el inicio de la conmemoración del seísimo, un evento donde los supervivientes tendrán tiempo para recordar a sus seres queridos y para condenar los escándalos de corrupción que mancillaron los esfuerzos de reconstrucción.

Miles de personas han marchado esta madrugada por las calles del centro histórico, iluminando L'Aquila, para luego reunirse en Piazza Duomo, en el corazón de la ciudad, para escuchar 309 tañidos de campana en memoria de las víctimas del 6 de abril.

Para la mayoría de los residentes, la vida en Onna aún no ha vuelto a la normalidad: Paolucci, un jubilado que sirve a la comunidad como un líder informal, todavía vive en una casa de madera improvisada que se suponía que era una solución provisional. "El dolor sigue ahí", dice Paolucci. "Pero también hay esperanza. Al final, todavía hay la determinación de volver a casa".

Los ciudadanos a día de hoy no se explican cómo, diez años después y con más de 20.000 millones de euros de inversión, el casco antiguo de L'Aquila todavía está bajo reparaciones. En las estrechas calles del centro de la ciudad, el vacío es tangible. Una densa red de andamios entre los edificios bloquea la vista del cielo. El aire huele a pintura y cemento húmedo, llevando una ligera nube de polvo que deja un sabor seco en la lengua.

"Es una tierra de nadie"

"Es una tierra de nadie", dice una mujer llamada Moira. Ella y su amiga Gianluca rara vez vuelven al centro, para ellas ya no existe. Algunas personas se han aventurado y han abierto comercios pero no hay clientes a la vista. Las calles están llenas de obreros que trabajan en la reconstrucción y por la noche la zona está oscura y desierta, dice Moira. Ahora, la vida en L'Aquila tiene lugar a las afueras de la ciudad.

Muchos residentes de Onna no tuvieron que salir del pueblo, solo se mudaron a unas pocas calles, pero también se vieron afectados por el trauma. Una de las nuevas calles que pasan por un asentamiento de casas de madera ha sido nombrada 'Víctimas del 6 de abril' y otra 'Calle de reconstrucción'. Entre los edificios hay un monumento llamado 'Madonna del Recuerdo' que se encuentra en el lugar donde los cuerpos de los muertos fueron traídos por primera vez, dice Paolucci.

La estatua de la Virgen en la iglesia de Onna también es un recordatorio del terremoto. Unos días después de la catástrofe, dijo Paolucci, echó un vistazo a la iglesia y vio que la estatua había resistido la destrucción, ilesa. Todas las estatuas de los otros santos habían caído al suelo, dice.

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