Las primeras palabras de Kathleen Folbigg, la madre indultada tras 20 años en la cárcel: "Es una victoria para la ciencia"

Kathleen Folbigg, la madre australiana que ha sido indultada tras pasar 20 años en prisión, acusada de matar a los cuatro bebés que tuvo entre 1989 y 1989, hoy, con “humildad”, celebra la decisión judicial como una “victoria para la ciencia” y, especialmente, “una victoria para la verdad”.

Desde que fuese condenada, en un ya lejano 2003, Folbigg ha insistido en su inocencia, y ha sido gracias a una exhaustiva investigación coordinada por la inmunóloga española Carola García de Vinuesa, y liderada también por el danés Michael Toft Overgaard, la que ha llevado a la australiana a pasar de ser considerada una de las personas más odiadas en el país a representar el mayor fallo judicial de la nación.

Fundamentalmente, los científicos han conseguido probar que los decesos de los cuatro bebés se ajustan a una muerte natural por una enfermedad congénita que todos ellos padecían.

Para ello, secuenciaron el ADN de cada niño y comprobaron que presentaban mutaciones genéticas compatibles con las muertes súbitas: “Simplemente, por el número de muertes se pensó que era algo extraordinario, cosa que hoy sabemos que no lo es”, apunta García de Vinuesa.

Cuatro bebés muertos y un diario: así se forjó la condena de Kathleen Folbigg

Todo comenzó una noche de febrero de 1989, cuando el primogénito de Kathleen y su marido, Craig Folbigg, de nombre Caleb, dejaba de respirar repentinamente, muriendo con solo 19 días de vida.

La pesadilla volvió a suceder otro febrero, pero esta vez de 1991. A los ocho meses de edad moría su segundo bebé, Patrick, que ya tenía previamente un daño cerebral, sufriendo ceguera parcial y ataques de epilepsia.

Lo mismo sucedería después, el 30 de agosto de 1993, con su hija Sarah, que murió a los diez meses, y con Laura, en marzo de 1999, que fallecía a los 18 meses.

Aunque inicialmente las autoridades habían considerado como muertes súbitas las muertes de Caleb y Sarah, y la de Patrick por un ataque de epilepsia, el fallecimiento de Laura no terminaba de encajarles, lo que hizo que pronto terminasen de dinamitar todas las sospechas que había sobre un posible caso de infanticidios.

Fue un diario de la progenitora el que terminó por dinamitar la investigación, siendo clave para la decisión judicial de condenarla a 40 años de prisión, rebajados a 30 en 2005. En él, podían leerse algunos fragmentos en los que Kathleen señalaba: “Me siento la peor madre del mundo, tengo miedo de que me deje como lo hizo Sarah (su hija). Se que tenía poca paciencia y era cruel con ella a veces y se fue (murió)”, así como algunas frases en las que apuntaba que el estrés a veces le hacía “hacer cosas terribles”.

Con ello en cuenta, la Justicia australiana fue implacable al meterla entre rejas y se convirtió en la asesina en serie más odiada de Australia.

Kathleen Folbigg y su indulto tras 20 años en la cárcel: "Una victoria para la ciencia"

Ahora, 20 años después, se le indulta ante la “firme consideración de que hay dudas razonables sobre su culpabilidad” en cada una de las muertes.

Fue la investigación coordinada por la inmunóloga Carola García de Vinuesa la que dio un giro al caso ya desde 2020, cuando concluyeron que las muertes se relacionan con causa genéticas.

“Si algo muestran los diarios de Folbigg es que era una buena madre”, sostiene la científica gaditana.

Una victoria para la ciencia, y en especial para la verdad

Ahora, por fin libre, Kathleen Folbigg no puede dejar de expresar su alegría y agradecimiento: “Soy extremadamente humilde. Estoy extremadamente agradecida por el indulto y ser liberada de prisión. Mi gratitud eterna para todos mis amigos y mi familia. No habría sobrevivido a esto sin ellos”, señalaba, dejando claro que esta decisión constituye “una victoria para la Ciencia, y en especial para la verdad”.

“Durante los últimos 20 días que he estado en prisión, siempre he pensado en mis hijos, he sufrido por ellos. Los he echado de menos, y los amo. Gracias”, ha dicho.