Los líderes en Astaná abogan por un mayor protagonismo de la OSCE en la seguridad de Asia

AGENCIA EFE 01/12/2010 06:52

El conflicto de Georgia, el principal foco de divergencia entre Rusia y Occidente, es, a priori, el asunto más delicado que tratarán hasta mañana la cuarentena de líderes en esta cumbre, la primera que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) celebra en once años.

En este sentido, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, llamó a Moscú y Tiflis a avanzar en el marco de la OSCE para zanjar el conflicto de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, pero volvió a dejar claro el apoyo de Washington a la integridad territorial georgiana.

Clinton lanzó además una crítica a Moscú, lamentando que su Gobierno forzase tras la guerra ruso-georgiana de verano de 2008 el fin de la misión que la OSCE tenía en Georgia.

La secretaria de Estado se expresó así en su intervención ante el resto de altos cargos de los 56 países de la OSCE reunidos en la capital de Kazajistán, Astaná, entre ellos, el presidente ruso, Dmitri Medvédev.

En su discurso, hizo especial hincapié en la necesidad de que la organización refuerce su papel en la prevención de conflictos, sobre todo, dentro de los territorios de los países miembros de la OSCE.

"La inseguridad en cualquier parte de la OSCE es un reto para todos", subrayó.

Por su parte, Medvédev se refirió también a este conflicto y subrayó en su intervención al inicio de la reunión que "lo más importante quizás sea la elaboración de principios comunes para resolver conflictos que deban ser aplicados en todas las situaciones de crisis y no tan solo en algunos casos escogidos".

Entre esos principios citó la renuncia a la fuerza, un acuerdo entre las partes involucradas, el respeto de los formatos para negociaciones y misiones de paz y los derechos de la población civil en zonas de conflicto.

"Repito: el arreglo de estas situaciones debe ser absolutamente pacífico. El uso de la fuerza militar, como intentó hacerlo el Gobierno de Georgia en relación a Osetia del Sur en agosto de 2008, es totalmente inadmisible", recalcó Medvédev.

Por su parte, el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, denunció la presencia militar rusa en territorio georgiano, que calificó de flagrante violación de los principios de Helsinki y del acuerdo de alto el fuego alcanzado con la mediación de la Unión Europea de 12 de agosto de 2008.

"No he venido aquí sólo con una serie de quejas, sino con un mensaje de esperanza", declaró no obstante Saakashvili, quien se mostró convencido de que el conflicto entre Georgia y Rusia "puede tener solución".

Por su parte, el presidente del país anfitrión, Nursultán Nazarbáyev, subrayó en la inauguración de la cumbre que los mayores retos y amenazas para Europa están más allá de sus fronteras, y citó a Afganistán como ejemplo de esos desafíos en la actualidad.

Recalcó la necesidad de "elaborar una amplia estrategia para solucionar la situación en Afganistán y restablecer la economía y la paz en ese país".

A su juicio, la seguridad euroasiática "no es una metáfora, sino que es el principal cometido de la OSCE en el próximo decenio para solucionar desavenencias y consolidar la confianza".

También Clinton abogó por reforzar la cooperación de la OSCE en la estabilización de Afganistán y, en especial, en el control de sus fronteras para luchar contra el crimen organizado y el narcotráfico.

A su vez, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, subrayó que en ese país asiático la OSCE tiene "otra prueba".

"Necesitaremos colaborar estrechamente para asegurar que la fase de transición sea sostenible e irreversible", señaló.

A pesar de la voluntad expresa de los 56 estados miembros de la OSCE de impulsar la formación de una comunidad euroatlántica y euroasiática de seguridad común, libre de líneas divisorias, no se espera que la cumbre arroje más que una declaración final consensuada con "un plan de acción futuro".