Cinco terroristas suicidas y dos coches bomba han atacado Tartús y Jablé --incluidos un hospital y estaciones de autobuses--, dejando un balance de 150 muertos y más de 200 heridos, de acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El Estado Islámico ha reivindicado esta ola de ataques en la costa mediterránea de Siria, bastión del Gobierno de Bashar al Assad donde Rusia tiene bases militares, y ha explicado que su objetivo era la minoría alauí, una secta chií.
"El Gobierno de España traslada su solidaridad y condolencia a las familias y allegados de los fallecidos y desea a los heridos una recuperación tan pronta y completa como sea posible", ha dicho el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación en un comunicado.
Además, ha reafirmado su "solidaridad" con el pueblo sirio y ha reiterado "la importancia de que la comunidad internacional siga trabajando activamente para avanzar hacia una solución política según los términos establecidos en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad y en el marco de los esfuerzos del Grupo Internacional de Apoyo a Siria".
"El Gobierno llama a las partes del conflicto a retomar el diálogo y a colaborar para la consolidación del cese de hostilidades, pilar fundamental para intensificar la lucha contra la barbarie de DAESH", ha añadido el departamento que dirige José Manuel García-Margallo.