Haití, Japón y Chile: tres lecciones sobre terremotos

ÍÑIGO URQUÍA 27/02/2010 16:14

Los seísmos se producen casi a diario pero sólo en algunos países los daños humanos y materiales que provocan son catástróficos.

Haití, el país más pobre de América, representa la cara más negra de la moneda, la de aquellos países en vías de desarrollo a quienes los temblores de la tierra sumen aún más en la miseria. Con un paro superior al 80%, chabolismo crónico y depauperadas infraestructuras, Haití es ya uno de los estados del mundo con mayor dependencia de la ayuda internacional.

El Gobierno de Puerto Príncipe, sin ir más lejos, reconoció la tragedia provocada por la falla de Enriquillo y sin tomar en cuenta a los "miles de muertos" que se encuentran todavía bajo de los escombros. situó la cifra de muertos en más de 220.000 personas,

Asimismo, el terremoto del 12 de enero dejó un millón de damnificados y destruyó 250.000 edificios residenciales, comerciales y estatales.

En suma, la fuerza de este sismo de 7,3 grados en la escala de Ritcher conjugada con la debilidad de este estado cuasi fallido provocó daños de entre 8.000 y 14.000 millones de dólares, lo que lo convierte en el desastre natural más devastador que ha sufrido la Tierra en la era moderna.

Si Haití está en la posición 150 de 177 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, los casos de Chile y Japón son muy diferentes y muestran bien a las claras la importancia que tiene la fortaleza interna para resistir estas tragedias.

El campeón asiático

Por su parte, Japón es la segunda economía más grande del mundo, en torno a 4,5 billones de dólares en términos de PIB nominal y la tercera después de los Estados Unidos y China en términos de paridad del poder adquisitivo.

El PIB nipón por hora es el decimoctavo más alto del mundo desde 2006, lo que señala la potencia japonesa. Las construcciones son sólidas y las vías de transporte se extienden como un damero por su superficie, lo que también mitiga el impacto de los sismos.

Además, este estado oriental tiene muy presentes las líneas tectónicas Itoigawa-Shizuoka, media y Takanura. Son expertos en afrontar terremotos, sobre todo tras el gran sismo de Hanshin-Awaji, que en 1995 dejó 6.400 muertos (aún así muy por debajo del de Kanto, que en 1923 mató a 100.000 personas)

El país del sol naciente ha invertido en seguridad e infraestructuras resistentes a los seísmos: sus arquitectos e ingenieros se han especializado en tecnología y métodos de construcción anti-terremotos. En esta línea, la administración nipona también ha concienciado a la población, ha optimizado la logística alimentaria y, por ejemplo, ha impulsado los helipuertos de emergencia.

Como muestra un botón: ni de febrero dejaron víctimas mortales. Los daños también fueron pequeños y sólo se registraron sendas alertas de tsunami, el verdadero miedo contemporáneo de los nipones. el terremoto del día 26 (7,3 grados) el del día 7 (6,6)

¿Y Chile?

A comienzos de 2010, Chile se convertirá en el primer miembro pleno de la OCDE en Sudamérica y segundo en Latinoamérica, después de México, debido al reconocimiento de sus avances económicos de las últimas décadas, así como del desarrollo social y de la reestructuración institucional que ha llevado a Chile a ubicarse en la treintena de miembros de esta organización, que agrupa a las principales economías industrializadas del mundo.

Por el momento, el terremoto no ha sido tan devastador como el de Haití y 'sólo' ha dejado 111 muertos por el momento, además de numerosos daños materiales. Sin embargo, se vuelve a demostrar que la potencia estatal, la solidez de la economía y el desarrollo de las infraestructuras puede amortiguar estos golpes de la naturaleza.

Pese a ello, la comunidad internacional también se volcará con el terremoto chileno. La Comisión Europea ya ha destinado tres millones de euros, los servicios de rescate españoles se preparan y el resto de agentes internacionales ultima su rescate.

Por su parte, Piñera ya ha avanzado que destinará un 2% del presupuesto chileno a restañar las heridas causadas por el terremoto.

El mayor desde 1960

El terremoto de 8, 8 grados fue el más potente desde el ocurrido en 1960, cuando un temblor de 9, 5 grados dejó 1. 665 muertos.

Según los datos que recoge el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), en 1906 un terremoto de 8, 2 grados sacudió Valparaíso, dejando 3. 882 víctimas mortales. A éste le siguió otro temblor de 8, 5 grados en la frontera entre Chile y Argentina, del que no hay datos de víctimas.

En 1929, un temblor de 7, 6 en Talca dejó 225 muertos, mientras que el ocurrido en 1939 en Chillán mató a más de 20.000 personas pese a que su magnitud no ha sido la más alta (7, 8 grados). En 1943, un terremoto de 8, 2 grados cerca de Illapel-Salamanca dejó 25 muertos.

En 1960 hubo dos temblores, el primero de 7, 9 grados en la península de Arauco, del que no hay datos de víctimas, y el segundo en Valdivia, con 9, 5 grados de intensidad y que dejó 1. 655 muertos. A estos siguieron otro de 7 grados en Taltal en 1965 con un muerto y otro ese mismo año en La Ligua, de 7, 4, que dejó 400 fallecidos.

Antes del siglo XX hay datos de un terremoto de 8, 7 grados en 1730 en Valparaíso (centro), así como otro de 8, 2 en 1835 en Concepción (centro-sur), en el que murieron 500 personas. Pero el más mortífero del que se tienen datos es el que tuvo lugar en 1868 en Arica, que entonces pertenecía a Perú, que con 9 grados de magnitud dejó 25. 000 víctimas mortales. IUL

Chile posee 2.000 volcanes y registra la mitad de la actividad sísmica del mundo. El terremoto de 8,8 grados en la escala Richter que sacudió Chile es uno de los terremotos más grandes de la historia. "Este sismo fue de una intensidad unas 800 veces mayor que el de Haití", según la CNN. Pero, aunque este país no es Japón, tampoco es Haití. Lo que parece una perogrullada no lo es tanto: la economía de este país emergente es conocida internacionalmente como una de las más sólidas del continente.

En 1971, un terremoto de 7, 5 en la región de Valparaíso dejó 90 muertos, mientras que el registrado frente a las costas de esta región en 1985 y de una intensidad de 7, 8 dejó 177 muertos.

Los terremotos ocurridos entre 1998 y 2004 no dejaron víctimas mortales: 7, 1 cerca de la costa norte del país en 1998; 6, 6 en la frontera entre Chile y Argentina en 2002; 6, 8 cerca de la costa central en 2002; y 6, 6 cerca de Bio Bío en 2004.

En 2005 un nuevo seísmo de 7, 8 en Tarapaca dejó 11 víctimas mortales, mientras que el ocurrido en 2007 en Antofagasta, de 7, 7, se saldó con dos muertos. En 2008 hubo un nuevo temblor de 6, 3 en Tarapaca, frente a cuya costa se produjo en 2009 el último gran terremoto hasta la fecha en el país, en 2009.