Mueren el secuestrador y ocho turistas en el secuestro de un autobús en Filipinas

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 24/08/2010 00:00

Ayer por la tarde, el secuestrador disparó mortalmente a ocho pasajeros mientras que otros seis que continuaban en el interior del autocar cuando las fuerzas de seguridad consiguieron, finalmente, entrar en el vehículo, salieron vivos, aunque al menos uno está herido.

El secuestrador, Rolando Mendoza, falleció al ser alcanzado por un disparo en la cabeza efectuado por un francotirador de la Policía con un arma de precisión.

El ex policía abrió fuego con su fusil automático M-16 cuando los miembros de las fuerzas de seguridad llevaron a cabo el primer intento de entrar en el vehículo, ubicado cerca de la plaza Rizal, uno de los lugares más visitados de la capital filipina.

Cerca de una veintena de agentes se situaron a ambos lados del vehículo y a mazazos rompieron la luneta delantera al mismo tiempo que trataban de abrir a la fuerza todas las puertas.

La Policía identificó al sospechoso como Rolando Mendoza, un antiguo inspector con el grado de capitán que fue apartado del cuerpo en 2008 tras verse implicado en un turbio asunto de robo y extorsión con drogas de por medio.

Mendoza, de 55 años de edad, exigía que se le absolviera de los cargos que pesan contra él y ser readmitido en el cuerpo, del que le quedaba sólo un año para jubilarse y cobrar una pensión.

Durante la jornada, las autoridades policiales mostraron su confianza en que el secuestro se resolviera por la vía de la negociación ya que Mendoza había dado señales de buena voluntad al liberar a nueve de los rehenes.

Tres mujeres y tres niños fueron liberados en un primer momento por el ex policía y una hora después, el secuestrador liberó a otro rehén, un hombre de avanzada edad que dijo ser diabético, y al que dejó ir a cambio de que las autoridades suministrasen agua y alimentos.

Más tarde fueron puestos en libertad otros dos rehenes filipinos, el guía-intérprete y un fotógrafo, mientras que el tercer integrante filipino del autocar, el chófer, logró huir después del primer tiroteo y salió ileso.

Según los datos policiales, el inspector Rolando Mendoza fue expulsado definitivamente del cuerpo el pasado enero junto a otros cuatro agentes por la Defensora del Pueblo de Filipinas

El ex inspector, que tenía varias condecoraciones y era considerado uno de los mejores agentes del cuerpo hasta su expulsión, extorsionó hace dos años a un ciudadano filipino, Christian Kalaw, al que exigió 20.000 pesos (unos 444 dólares, 349 euros) por permitirle aparcar en un lugar prohibido, conducir sin licencia, y consumir de drogas.

De acuerdo con el citado informe policial, el ex oficial y otros tres agentes obligaron a Kalaw a tragarse un sobre lleno de metanfetamina hidroclórida, una droga alucinógena de extendido consumo en el sudeste de Asia.

El presidente filipino, Benigno Aquino, expresó su tristeza por el trágico final y ordenó una investigación de los hechos. "Al igual que el resto de filipinos, quiero ofrecer mis condolencias más profundas a las familias de las víctimas", afirmó.

El Gobierno filipino consideró que el secuestro es un hecho aislado y negó que el archipiélago sea un destino peligroso para los turistas, mientras que las autoridades de Hong Kong advirtieron a sus conciudadanos de que no es seguro viajar a las islas.