El hombre, ex alumno de la escuela Tasso da Silveira (al oeste de Río de Janeiro), entró en el colegio y efectuó numerosos disparos, con un balance de 12 muertos (de ellos, once niñas de entre 12 y 14 años) y 30 heridos (de ellos, 18 continúan siendo atendidos en el hospital al presentar heridas de bala en el tórax o en la cabeza).
El asesino ha sido identificado como Welington Meneses de Oliveira, de 24 años, según informes policiales citados por la cadena de noticias brasileña, O Globo. El mismo medio apunta a que después de ser alcanzado en una pierna por los disparos de la policía, se suicidó.
El agresor ha dejado una carta en la que aparecen escritas una serie de órdenes para su entierro con el fin de evitar que los "impuros" pudieran tocar su cuerpo, según la policía de Brasil.
"Deben saber que los impuros no podrán tocarme sin guantes, solamente los castos o los que perdieron sus castidades después del casamiento y no se involucraron en adulterio podrán tocarme sin guantes", reza la carta encontrada por la policía en las ropas de Menezes de Oliveira.
En la misiva, el joven insistió también en que "nada que sea impuro podrá tocar mi sangre", y dejó instrucciones para que su cuerpo sea desvestido, bañado y envuelto en una mortaja blanca, que afirmó haber llevado a la escuela donde cometió los crímenes.
También pide que un fiel seguidor de Dios ore delante de su sepultura, "al menos una vez, para conseguir el perdón de Dios y alcanzar la vida eterna".
Por último, hace referencia a su casa, la cual quiere que sea donada a un centro de animales abandonados. "Yo quiero que ese espacio donde yo pasé mis últimos meses sea donado a una de esas instituciones, pues los animales son muy despreciados y necesitan más protección y cariño que los seres humanos".
La información fue confirmada por un fiscal, que se encontraba en el lugar en medio de una investigación.
Varios heridos han sido ingresados en el hospital Albert Schweitzer, cercano al lugar de los hechos. RSO