Sentirse dentro de un drama histórico del siglo XVIII, rodeado de tapices, candelabros y muebles de época, ya es posible si se hace una reserva en Le Grand Controle, el primer hotel en toda la historia que abre en los terrenos del Palacio de Versalles, una de las residencias reales más opulentas del mundo.
Compuesto por 14 habitaciones y suites, se encuentra en tres edificios históricos que datan de 1681 y que han sido restaurados por el arquitecto y diseñador de interiores Christophe Tollemer, Le Grand Controle es un emplazamiento absolutamente impresionante. Sus huéspedes, eso sí, tendrán que desembolsar al menos 1.700 euros por noche.
Alojarse en el hotel da derecho a experiencias exclusivas, como acceder al palacio y sus terrenos fuera del horario de atención al público, después de que todos los turistas se hayan ido. Incluso hay zonas a las que se puede ir que generalmente están cerradas para los visitantes y recorridos privados antes o después de que el público en general pueda explorarlos.
Cada una de las habitaciones y suites de Le Grand Controle, decoradas individualmente, lleva el nombre de una persona muy vinculada a la propiedad, como el estadista Jacques Necker, que fue director general de finanzas de Luis XVI, y su hija, la novelista Madame de Stael.
Además, se ofrecen menús con estrellas Michelin e incluso experiencias temáticas para probar, incluida un pack de María Antonieta con recorrido privado, tratamiento facial, degustación de macarrones y una cena gourmet. También uno puede vestirse con trajes de época para una sesión de fotos en el Salón de los Espejos. Además, se podrán disfrutar vistas incomparables de lugares emblemáticos en los terrenos, como la Orangerie, la Pièce d'Eau des Suisses y el propio castillo.
El hotel cuenta con 14 magníficas habitaciones y suites con opciones gastronómicas creadas por el chef Alain Ducasse, quien tiene la friolera de 20 estrellas Michelin a su nombre. La estancia en palacio no es barata, pero hay que subrayar que el precio incluye acceso a un mayordomo, recorridos diarios por el palacio y los jardines, desayuno, té de la tarde y minibar, así como el uso de barcos y carritos de golf.