Sarsar ha descrito su decisión como "dolorosa" y "una señal de alarma", resaltando que "la disputa en la ISIE no es sólo de gestión, sino sobre valores democráticos", según ha informado la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.
Así, ha dicho que seguirá con sus funciones "hasta que se encuentre una solución definitiva", denunciando que los miembros del organismo "han estado presionados desde hace tiempo".
En este sentido, ha hablado de "prácticas policiales" entro de la ISIE tras un ataque informático contra los correos electrónicos de varios de sus miembros y ejecutivos, así como presiones a través de "consejos paralelos".
Sarsar ha indicado que un grupo de cinco de los nueve miembros del organismo "ejercieron presiones para paralizar la acción administrativa del organismo (...) a pocos meses de las elecciones municipales".
El presidente de la ISIE ya indicó el martes al anunciar su dimisión que la disputa gira en torno a "principios y valores en los que se basa la democracia", apuntando al 10 de febrero, fecha en la que se nombró a los nuevos integrantes.
Sarsar ha afirmado que junto a él han dimitido el vicepresidente, Murad ben Muelli, y Lamia Zarguni, miembro del organismo.
Sarsar propuso en marzo el 26 de noviembre como fecha para las primeras elecciones municipales desde la revuelta popular de 2011, destacando que "aún es posible" celebrarlas antes de que acabe el año.
Sin embargo, aseguró que, de no poder convocarse en noviembre, podrían celebrarse a mediados de diciembre o en marzo de 2018, en caso de que esas fechas límite no se cumplan.
En sus declaraciones, explicó que la celebración de los comicios depende de múltiples asuntos aún pendientes, entre ellos la aplicación de la división territorial, la finalización del presupuesto electoral y la aprobación del censo.
Tras ello, el primer ministro tunecino, Yusef Chahed, destacó la importancia de celebrar las municipales "lo antes posible", argumentando que "son otro paso adelante y permitirán activar el proceso de descentralización".