Así se defendieron los transeúntes del ataque en París

telecinco.es 10/09/2018 11:50

Armado con un cuchillo y una barra de metal, este ciudadano de 31 años y que aseguró ser de nacionalidad afgana, irrumpió en el tranquilo bulevar de Quai de la Loire junto al canal de la Villete y comenzó a golpear con la barra a quienes se ponían a su alcance. Los que corrieron peor suerte fueron dos ciudadanos británicos que no entendieron los gritos de alarma de quienes gritaban en francés que llevaba un cuchillo.

Porque fue esta reacción ciudadana la que ha podido evitar que el número de víctimas fuese mayor e, incluso que estuviésemos hablando ahora de un número indeterminado de asesinados.

Mientras las autoridades francesas tratan de confirmar la identificación del agresor, el relato de cómo reaccionaron los parisinos da una idea del nivel de alerta que ha calado entre la ciudadanía ante este tipo de agresiones violentas.

Los primeros en reaccionar fueron varios hombres que jugaban a la petanca en las proximidades de la zona en la que tuvo lugar el ataque, según informa Le Parisien. Nada más comenzar las agresiones los jóvenes salieron corriendo para intentar parar al agresor.

Armados con sus pelotas de petanca de metal macizo, le persiguieron por la ribera del Sena alertando a los transeúntes que portaba un cuchillo.

Sus indicaciones en francés no fueron entendidas por dos turistas británicos que no pudieron reaccionar a tiempo y son los dos heridos más graves que ha dejado la agresión.

Pero este grupo llegó más lejos al lanzar sus bolas de petanca al agresor. Una de ellas logró alcanzarle pero no consiguió detenerle. Al verse acorralado, el atacante se volvió contra sus perseguidores intentando apuñalar a uno de ellos aunque su rápida reacción evitó ser alcanzado.

Acorralado

Smain, un ciudadano argelino que disfrutaba bebiendo en la terraza de un café próximo también se alertó ante las carreras y gritos en la zona. Al ver corriendo al agresor y a sus perseguidores no lo dudó y se sumó a quienes trataban de impedirlo.

Agotado y nervioso después de una noche intensa en comisaría testificando tras el ataque, Smain relata cómo se armó de valor ante lo que estaba pasando.

En colaboración con los jugadores de petanca lograron rodear y acorralar al agresor quién intentó defenderse con puñaladas de quienes querían detener. Tras varias cuchilladas al aire perdió el equilibrio y cayó al suelo. En ese momento, Smain se abalanzó sobre la mano armada del agresor logrando que soltara el cuchillo. Fue entonces cuando pudieron inmovilizar al violento reteniéndole hasta la llegada de las fuerzas del orden.