Obama lanzó oficialmente su esfuerzo de reelección el año pasado en Chicago, pero sus actos políticos se han limitado a citas de recaudación de fondos hasta ahora.
Eso cambia este fin de semana. El presidente, que llegó al poder en 2008 gracias en parte a enormes mítines en todo el país, espera conservar la inercia con actos en grandes instalaciones de Columbus, Ohio y Richmond, Virginia. Se espera que asistan miles de personas.
Desde que el republicano Mitt Romney se convirtió en el candidato más probable de su partido, Obama ha criticado a su oponente en situaciones formales e informales, un indicio de que está más que preparado para iniciar los ataques que se espera caractericen una campaña que podría tornarse fea y negativa. Es probable que el presidente sea muy crítico con Romney en sus actos del sábado.
Los republicanos acusan a Obama de meter política en sus actos oficiales de la Casa Blanca y se burlan de la idea de que su campaña esté apenas comenzando. El presidente ha realizado viajes oficiales en los últimos meses para recuperar su fama de hombre enérgico y anunciar propuestas que reduzcan los gastos de los estudiantes. Los jóvenes son un público importante para su campaña.
"Mientras Mitt Romney ha estado ocupado ganándose al Tea Party y haciendo promesas que no puede cumplir, nosotros hemos estado ocupados construyendo la campaña de bases más grande de la historia moderna americana", afirmó el director de campaña, Jim Messina, en una conferencia telefónica reciente.