'Bruselas Central', la capital europea prohibirá los coches diésel

  • La capital belga prepara una revolución en su política de movilidad mientras Europa acelera la fabricación de modelos eléctricos

Socialistas, ecologistas y liberales, francófonos y flamencos, firmaron el pasado fin de semana un acuerdo de coalición para gobernar la región de Bruselas que incluye una profunda reforma de la política de movilidad con un gran objetivo: complicar el tráfico para así tranquilizar la ciudad y reducir la polución. La cartera de movilidad estará en manos de Elke Van den Brandt, ecologista flamenca. La “Zona de Bajas Emisiones” (el Bruselas Central) es por ahora muy poco ambiciosa: sólo impide la entrada a los coches diésel, buses y camionetas de la norma Euro 2 y a los de gasolina de la Euro 1. En 2020 se añadirán los Euro 3 y en 2022 ya sólo se permitirá la circulación de los Euro 5 y Euro 6.

La idea se basa principalmente en que cuanto más se complique conducir por la ciudad, menos tráfico habrá. El acuerdo incluye:

  • Prohibir todos los coches diésel en 2030 y todos los demás de combustión en 2035.
  • Reducir la velocidad máxima a 30 km/h en toda la ciudad excepto las vías de entrada y salida.
  • Construir más líneas de metro y tranvía.

¿Funcionará?

Gante, esa maravilla arquitectónica flamenca, aprobó un modelo similar en 2017 que prioriza al peatón, en segundo lugar al ciclista y en tercero al transporte público. Los coches privados pagan el pato. Y funciona. A pesar de los gritos que en 2017 soltó la oposición y los comerciantes, dos años después no hay protestas, el número de comercios aumentó un 20% y la concentración de dióxido de carbono se redujo un 18%. A diferencia de Gante, la ‘capital’ europea es una de las ciudades con más tráfico de Europa. Existe cierto consenso en culpar a la política de deducciones fiscales que hace que a las empresas les resulte más barato dar a sus empleados un coche (y pagarles los gastos de carburante, las revisiones y el seguro) que subirles el sueldo.

El mercado ya se puso las pilas

Las medidas contra la crisis climática hacen que la industria automovilística esté acelerando su transformación. Un informe de la consultora ‘IHS Markit’ para ‘Transport & Environment’ (una organización con sede en Bruselas que reúne a decenas de ONG medioambientales) asegura que la fabricación de coches eléctricos e híbridos en Europa se va a multiplicar por seis de aquí a 2025 hasta alcanzar los cuatro millones al año, un salto desde el 4% actual hasta el 22% de toda la producción automovilística europea. De los 60 modelos actuales se esperan más de 300 en 2025.

Los coches eléctricos son muy caros

Un coche eléctrico es todavía más caro que su equivalente diésel o gasolina. ¿Habrá demanda suficiente para sostener la transición al coche eléctrico? El informe pide “medidas de acompañamiento”, como subir los impuestos a los coches de motores de combustión mientras se baja el IVA de los eléctricos o se conceden préstamos ventajosos para su compra para hogares de ingresos modestos.

“Para Europa, el mercado de baterías supone 250.000 millones de euros de inversión y el potencial de crear de dos a tres millones de empleos”. Maros Sefcovic, comisario europeo de Energía

La fabricación de coches en Europa da empleo directo a unos tres millones de personas. Un informe de la Comisión Europea de febrero de 2018 asegura que el impacto de esta transición no se notará (un aumento en el empleo del 0,02%) porque los empleos que se perderán en las fábricas de coches se compensará con la fabricación de baterías y con el nuevo empleo en el sector energético. El comisario europeo de Energía, Maros Sefcovic, dijo en junio que “para Europa, el mercado de baterías supone 250.000 millones de euros de inversión y el potencial de crear de dos a tres millones de empleos." Mejor eléctrico que de combustión. O como piensa el nuevo gobierno de la capital europea, mejor sin coche.