Un nuevo escándalo sexual vuelve a salpicar al mundo del automovilismo. Si un supuesto vídeo mostraba a Max Mosley en una sesión de sexo de temática nazi hacía temblar el prestigio del jefe de la FIA, la humillación y la tortura que son marcas de estilo de estas prácticas han costado la vida de un hombre. Un jefe del automovilismo británico, Robin Mortimer, fue hallado este martes en el pueblo de Brecht, cerca de Amberes, tras una sesión de sexo sadomasoquista con Lucrezia y su asistenta, Juno.
Ambas prostitutas, según informa The Mirror, han sido arrestadas bajo sospecha de asalto con resultado de muerte, aunque no se presupone que su intención fuera acabar la vida de Mortimer. La autopsia determinará las causas de la muerte del británico, cuya familia, en un comunicado, había informado mediante comunicado que creían que Robin había "muerto de causas naturales mientras dormía".
El fallecido, propietario de RPM Motorsport, parece haberse sometido voluntariamente a las sesiones de sexo de Lucrezia, que se presenta a sus clientes advirtiendo que "las sesiones pueden durar desde una hora hasta tres días". "Soy sádica, inteligente y perversa. En mi naturaleza, soy una sádica de la peor especie", se define Lucrezia en la red. IM
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