Esto es, la imposición de un amplio paquete de subidas de los impuestos y recortes en el gasto público acordado por el comité presupuestario como medida de urgencia ante la falta de acuerdos entre republicanos y demócratas para esquivar un 'default' de la Administración estadounidense a comienzos del 2013.
Así, las principales áreas que se reformaron en el último tramo anual serían los más afectados en los presupuestos, si bien dichos recortes tienen como fin impulsar a los demócratas y a los republicanos a llegar a un acuerdo.
La Casa Blanca, a modo de concienciación para acelerar un acuerdo, ha divulgado un documento de 400 páginas en el que explicita los recortes. No obstante, lo más probable es que el pacto se postergue para después de las elecciones de noviembre.
De esta forma, el Instituto Nacional de Salud vería recortado su presupuesto unos 2.500 millones de dólares (más de 1.900 millones de euros), el Servicio de Inspección alrededor de 86 millones (65,5 millones de euros), la Agencia de Protección al Consumidor y de las Fronteras unos 712 millones (unos 542,3 millones de euros) y el presupuesto de Defensa, el que más alarma a ambos lados del espectro político, un 9,4 por ciento.
TIRA Y AFLOJA
Los demócratas están a favor de elevar el techo de deuda, mientras que los republicanos abogan por redoblar la presión sobre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y no ceder en su posición a favor del ajuste.
"La ristra de los dañinos recortes globales en programas de Defensa y ajenos a ella tiene como objetivo empujar a ambas partes al compromiso. El secuestro, en sí mismo, no requiere ser implementado", reza la introducción del informe de la Oficina de Presupuesto y Gestión estadounidense.
El "secuestro" que se produciría, en palabras del portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, sería "mala política" y está proyectada para ser "pesada e inaceptable" para los demócratas y los republicanos, según ha recogido la emisora estadounidense NPR.
Dicha cláusula del "secuestro", consecuencia directa del 'abismo fiscal', fue impuesto el año pasado por el Congreso estadounidense en la Ley de Control Presupuestario después de que los dos partidos apuraran al máximo el plazo para acordar elevar el límite máximo de la deuda que amenazaba con paralizar a la Administración estadounidense al caer en la bancarrota.