"Los países gobernados por golpistas o gobiernos antidemocráticos no tendrán ninguna organización a la que puedan pertenecer, y esto cierra el camino a las relaciones con cualquier país que viole las instituciones democráticas", afirmó el ministro argentino durante la rueda de prensa que siguió a la clausura de la Cumbre.
La cláusula, añadió, "pone en el lugar debido, el más alto, la defensa de las instituciones y de los valores democráticos, que todos los países de Iberoamérica debemos aceptar, cumplir y que no es una tarea de un solo país sino de toda la región".
La iniciativa, más suave que las aprobadas ya en foros como Mercosur o Unasur, establece medidas que van desde las gestiones diplomáticas a la suspensión de los estados miembros del mecanismo iberoamericano que violen la normalidad democrática.
El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, no ha sido invitado a esta cumbre, porque algunos de los otros países iberoamericanos no reconocen a su gobierno, debido al golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya de la Presidencia hondureña en junio de 2009.
Los presidentes de El Salvador, Mauricio Funes, y Panamá, Ricardo Martinelli, han pedido en esta cumbre que no se castigue al pueblo hondureño por ese golpe.