Cody Mooney salvará vidas incluso después de su último aliento. La imagen de su cuerpo en camilla escoltado por su familia, amigos, compañeros y personal del hospital de LittletonHosp escoltado en su camino para donar órganos después de perder sus batalla contra un tumor cerebral agresivo es de las que hacen reconciliarse con el género humano.
Hace tan solo dos años que a Cody Mooney le diagnosticaron un agresivo cáncer cerebral que le descubrieron en la médula espinal. Y aunque a mediados del pasado mes de febrero se le sometió a una operación, presentó complicaciones cuando volvió a su casa para recuperarse. Finalmente, el pasado sábado 2 de marzo murió a la edad de 31 años, dejando una esposa embarazada y cuatro hijos.
Su padre, Kevin, entero ante el drama que supone ver irse a un hijo antes que a uno mismo, dejó claro en los medios americanos una sentencia de las que tampoco se olvidan: "Nos hizo a todos mejores personas por lo que hizo y cómo vivió. Era el tipo de persona que a donde iba se hacía tu amigo, desde el momento en que lo conocías”. Su padre entre lágrimas declaraba a 9News que toda su vida había sido un servicio a la comunidad y a la gente que le rodeaba y que su última decisión fue dejar este mundo y seguir haciéndolo donando sus órganos, algo que de lo que su propio padre se sentía profundamente orgulloso.
De acuerdo a la Fundación Americana de Trasplantes, un donante es capaz de salvar o mejorar la vida de hasta 8 personas. Aproximadamente 20 personas mueren diariamente en espera de un trasplante de órgano. Una materia en la España es líder.