Según las informaciones facilitadas por la agencia local de noticias Yonhap, Pyongyang notificó su decisión durante la jornada del martes, argumentando que ambos trabajadores, entre los que figura el vicepresidente del comité surcoreano de gestión del complejo, sólo representan a Seúl.
"Afortunadamente, Corea del Norte ha dado marcha atrás en su decisión anterior. Cualquier asunto relacionado con las operaciones del complejo debe ser resuelto a través del diálogo. Esperamos que no se repita un incidente así", ha apuntado el portavoz del ministerio, Jeong Joon Hee, tal y como ha recogido la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
El complejo industrial se encuentra en la región administrativa norcoreana de Kaesong, a unos diez kilómetros de la frontera común. Desde 2004, cuando abrió sus puertas, empresas surcoreanas se han asentado allí para aprovechar la mano de obra cualificada norcoreana, permitiendo a Pyongyang aumentar sus ingresos.