El coronavirus no frena la competición por el liderazgo en el partido de Merkel

  • La Unión Cristiano Demócrata (CDU) debía celebrar este fin de semana un congreso extraordinario para elegir un nuevo presidente

  • El coronavirus lo ha hecho imposible. Pero la lucha sigue en la familia política conservadora de Alemania.

Este sábado 25 de abril debía celebrarse un congreso extraordinario de la Unión Cristiano Demócrata (CDU). En él tenía que salir elegido un nuevo presidente para la formación de la canciller Angela Merkel. Sin embargo, como tantas otras cosas, el coronavirus alteró los planes de la familia conservadora germana.

El partido de Merkel está en busca de alguien que recoja la toalla que tirara en febrero la 'heredera' de la canciller, Annegret Kramp-Karrenbauer. Las medidas contra la expansión de la COVID-19 en suelo alemán obligaban el pasado 12 de marzo a Kramp-Karrenbauer a aplazar sine die.

“La seguridad y la salud de las personas en nuestro país es la mayor prioridad”, explicaba la ministra de Defensa de Alemania y todavía presidenta saliente del partido gubernamental. Esa prioridad explica por qué la CDU mantiene en interinidad a Kramp-Karrenbauer al frente del partido. Pero las limitaciones que ponen las medidas para hacer frente al coronavirus no impiden que la carrera para sustituir a Kramp-Karrenbauer siga su curso.

Es más, las condiciones que impone la contención de la COVID-19 y las arduas negociaciones y difíciles medidas políticas implementadas en el país – ya sean de distanciamiento social o de relajación del 'semi-confiamiento' germano – han traído consigo inesperadas alteraciones en la carrera para hacerse con la presidencia de la CDU.

A principios de año, por ejemplo, nadie se imaginaba que el favorito para hacerse con la presidencia de la CDU, Friedrich Merz, fuera a encontrarse en un segundo plano ni que este político de perfil crítico con Merkel fuera noticia por elogiar a la canciller. Esto último pasaba a principios de mes, cuando Merz decía al diario regional Westfalenpost que “la canciller y los presidentes de los Länder” estaban “haciendo bien su trabajo”. Aludía así a la coordinación que mantiene la jefa del Gobierno con los líderes políticos de los Länder para implementar las medidas frente a la COVID-19.

Mengua la figura de Merz

Sin embargo, esas palabras parecen ahora una exigencia del guión político de Merz, cuyo perfil ha perdido enteros frente a otros aspirantes a ocupar la presidencia de la familia conservadora, una posición que abre las puertas de la Cancillería Federal.

Esta semana Merz tenía tiempo incluso para charlar por videoconferencia con los periodistas de la Asociación de la Prensa Extranjera. En ese encuentro, Merz afirmaba por activa y por pasiva que su cabeza no estaba puesta en la carrera por la presidencia de la CDU.

“Es demasiado temprano para hablar de la campaña por la presidencia de la CDU. En las próximas semanas y meses van a pasar tantas cosas que ocuparse de eso es, objetivamente, imposible”, decía Merz en declaraciones a NIUS.

Hablaba Merz desde su despecho de Arnsberg, una pequeña ciudad del oeste germano que cuenta con unos 74.000 habitantes y en la que está afincado este político conservador. Arnsberg está a unos 500 kilómetros de Berlín.

Merz lleva sin pisar la capital cuatro semanas. Ese tiempo incluye los quince días de cuarentena que siguieron al haber haber estado enfermo por coronavirus. Pese a la distancias con Berlín, el centro neurálgico de la política en Alemania, Merz dice mantenerse informado y en contacto a diario con los diputados de su partido.

Lo cierto es que no atraviesa su momento de mayor influencia sobre la escena política de su país. “Merz no está ejerciendo ninguna función política, por lo que tiende a desaparecer del debate público. Esta situación es algo malo para él”, señala a NIUS Wolfgang Merkel, politólogo del Centro para la Investigaciones de Ciencias Sociales de Berlín (WZB, por sus siglas alemanas).

Dos 'presidentes' conservadores enfrentados

Todo lo contrario ocurre con Armin Laschet, otro aspirante a tomar las riendas de la CDU y presidente del populoso Land que es Renania del Norte-Westfalia (oeste germano), y Markus Söder, presidente bávaro y líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (sur teutón). Ambos copan el debate político germano cuando se trata de hacer frente a la COVID-19.

Baviera es la región más afectada por el coronavirus de Alemania. El Instituto Robert Koch (RKI por sus siglas alemanas), la agencia federal encargada de la prevención y el control de enfermedades, cuenta allí cerca de 40.000 infectados. En Baviera han perdido la vida unas 1.500 personas desde que comenzó la pandemia.

Ante la evolución de la enfermedad en suelo Bávaro, Söder ha sido partidario de las políticas más agresivas a la hora de imponer restricciones a la vida social de su Land. No en vano, Söder fue el primer presidente de un Land alemán en implementar serias medidas de distanciamiento social entre la población.

Por su parte, Laschet preside el segundo Land más afectado del país por el coronavirus. Las autoridades cuentan allí algo más de 30.000 infectados por la COVID-19 y los muertos superan el millar. Sin embargo, el presidente de Renania del Norte-Westfalia se perfila estos días como defensor de una gestión orientada hacia la salida del 'semi-confiamiento' que vive el país.

Cuando el lunes Angela Merkel decía en su reunión con los responsables de la CDU que no deseaba mantener “debates orgiásticos sobre el relajamiento” de las medidas de distanciamiento social, “Laschet era quien tenía que darse por aludido”, según explicaba en su edición del miércoles la crónica política el diario económico Handelsblatt.

“Armin Laschet ha querido presentarse como un gestor liberal frente al perfilado como duro en esta situación de crisis que es Markus Söder. Esto no le ha traído puntos positivos frente a la población”, comenta Merkel, el politólogo del WZB. A su entender, quien está ganándose al público conservador del país es el presidente bávaro.

“Vivimos tiempos complejos, en los que la situación cambia de un día para otro y por eso las predicciones son difíciles de hacer. Pero, en cualquier caso, lo nuevo es que Markus Söder está claramente entre los candidatos a canciller entre los conservadores, al menos de un modo informal”, expone este experto.

Perspectivas favorables para Söder

“Antes de la crisis del coronavirus, Söder no se presentaba oficialmente como candidato a canciller para la familia conservadora. Pero ahora ha conseguido tantos puntos positivos que es muy probable que se añada oficialmente a la lista de candidatos”, abunda.

Que un socialcristiano como Söder llegara a ser candidato a canciller conservador sería algo poco habitual, pero no inédito. En el pasado, ya estuvieron en esa posición Franz-Josef Strauß y Edmund Stoiber. Ambos perdieron en las elecciones generales, respectivamente, ante los socialdemócratas Helmut Schmidt en 1980 y Gerhard Schröder en 2002.

De ser Söder el tercer socialcristiano bávaro candidato a canciller conservador en las elecciones generales – una cita prevista para el año que viene –, el presidente de Baviera tendría mejores perspectivas que sus predecesores. “Dentro de la CDU, Söder es considerado alguien aceptable. Es conservador, una figura política capaz de liderar, está bien valorado entre la población y esto es algo que no se puede decir de Armin Laschet o de Frederich Merz”, según Wolfgang Merkel.

En sus explicaciones, este politólogo no alude al otro aspirante a la presidencia de la CDU: Norbert Röttgen. Esa ausencia dice mucho de lo poco que parece poder ganar este otro político conservador en la carrera por la presidencia de la CDU.

En cualquier caso, en encuestas como las que presentaba recientemente el instituto infratest-dimap sobre satisfacción de la población con los políticos, Söder sale bien parado. El bávaro era el cuarto mejor valorado en ese sondeo. Sólo tenía por delante a Angela Merkel, al vicecanciller y ministro de Hacienda socialdemócrata Olaf Scholz y al ministro de Sanidad, el también conservador Jens Spahn.

Éste último se supone que hace campaña en dúo con el presidente de Renania del Norte-Westfalia para liderar la CDU. Pero su nombre siempre ha ido por detrás del de Laschet. Además, ahora Spahn defiende la línea de gestión 'dura' de Merkel frente a la COVID-19. En la encuesta de infratest-dimap, no había rastro de Laschet ni de Röttgen.

Otros sondeos, como el que presentaba hace unos días el instituto de estudios de opinión YouGov señalaba a Söder como favorito entre los políticos conservadores con opciones a ser candidato a canciller conservador. Un 27% de los encuestados apostaban por el presidente bávaro. Por detrás quedaban Merz y Laschet.

La crisis de la COVID-19 sienta bien a la CDU

“La cuestión de quién será candidato canciller conservador sigue abierta, pero Söder es el favorito”, según Wolfgang Merkel. Sea como fuere, y en ausencia del congreso extraordinario que tenía que celebrarse este fin de semana, los concernidos en la carrera por la presidencia en la CDU hacen como que esperan a diciembre.

Para entonces está previsto el congreso ordinario en el que se responderá a las muchas dudas que hoy se ciernen sobre la familia política conservadora. La única certeza es que la crisis del coronavirus no sienta mal al partido de la canciller alemana.

Aunque queda mucho para las próximas elecciones generales, las encuestas de intención de voto ven ahora a la CDU cada vez más cerca del 40%. Eso son unos diez puntos porcentuales más respecto de lo que se atribuía a los conservadores a principios de marzo. “En política hay una máxima y es que las crisis siempre benefician a los partidos en el Gobierno”, plantea Wolfgang Merkel.

Está por ver a qué candidato a canciller conservador beneficia la crisis de la COVID-19.