Nadim Inyaz, un enfermo mental de 32 años residente en la ciudad cisjordana de Ramala, fue reducido por los guardas de seguridad de la sede diplomática, no había hecho rehenes y portaba tan sólo una pistola de plástico, según el Ministerio turco de Asuntos Exteriores citadas por medios locales.
Sí había intentado, en cambio, tomar como rehén al vicecónsul, precisa la nota.
El palestino fue trasladado al hospital Ijilov, en la misma ciudad, tras salir de la embajada insultando a la gente que esperaba fuera y haciendo el signo de la victoria, relatan medios locales.
Se ponía así fin a un incidente que ha durado cinco horas y en el que se creía que el palestino había tomado dos rehenes que no dejaría escapar hasta que se aceptase su exigencia de obtener asilo diplomático en Ankara.
El suceso comenzó en torno a las 19.00 (18:00 hora peninsular española) cuando Inyaz entró en la embajada, tras ser herido de levedad en la pierna por los disparos de un vigilante turco de seguridad, después de lo cual se quitó la ropa, según medios locales.
Su abogado, Shafik Abuani, con quien mantenía frecuente contacto telefónico, señaló que su cliente iba armado con una pistola (que resultó ser falsa) y un cuchillo, a lo que se suma un bidón de gasolina, según el comunicado turco.
Inyaz aseguró que era perseguido por los servicios de inteligencia israelíes y palestinos porque tiene información que podría "hundir a varios cargos importantes de la Autoridad Nacional Palestina", agregó su abogado.
En una grabación de una presunta conversación que mantuvo con el corresponsal del canal 2 de la televisión israelí, un aparentemente desequilibrado Inyaz carga contra los "malditos judíos" y el "maldito (Mahmud) Abás", en referencia al presidente palestino.
Inyaz tiene un historial delictivo y ha sido confidente de la Policía israelí, según medios locales.
Concretamente hace apenas tres semanas abandonó la prisión tras pasar un año entre rejas, precisó el Canal 10 de la televisión israelí.
Según la edición digital del diario israelí "Haaretz", Inyaz había amenazado con matar "a cualquier judío" que entrase en la embajada.
Inyaz protagonizó una acción similar en el 2006, cuando se hizo fuerte en la embajada británica de Tel Aviv, también con un arma de plástico, y amenazó con suicidarse si no se le concedía asilo en Gran Bretaña.
La Policía israelí, los servicios de emergencia y los periodistas permanecieron todo el tiempo en el exterior de la sede diplomática (que es legalmente territorio turco) a la espera de permiso para entrar, que no llegaron a recibir al resolverse el caso de forma pacífica.