Las investigaciones comenzaron en 2013 y las fuerzas de seguridad italianas han contado con la colaboración de la Policía alemana. En la operación han sido interceptadas decenas de miles de archivos de pornografía infantil.
Los archivos pertenecerían tanto a italianos como a extranjeros y se compartieron a través de circuitos de intercambio de archivos y de la conocida como 'Deep Web' o Internet profunda, que no es accesible a través de buscadores.
Las fuerzas de seguridad se han incautado de ordenadores, teléfonos móviles, tablets y varios discos duros que están protegidos con sofisticados sistemas de criptografía.