Consiguen dar caza al 'Rambo alemán' tras seis días de persecución por la Selva Negra

  • La búsqueda empezó después de que desarmase a cuatro agentes y les quitase sus armas

  • Yves Rausch había hecho del bosque "su hábitat" y sabía perfectamente dónde huir

  • Le encontraron agachado en un arbusto, con cuatro armas de fuego y un hacha delante de él

Su nombre es Yves Rausch, pero todos los rotativos internacionales se refieren hoy a él como el ‘Rambo’ alemán, un apodo que se ganó después de que dejase en fuera de juego a unos policías al desarmarles y apoderarse de sus armas antes de huir a la Selva Negra para camuflarse en un bosque donde parecía manejarse a la perfección.

Concretamente, todo empezó desde el preciso instante en que las autoridades recibieron un aviso respecto a un hombre que caminaba portando un arco y una flecha y que vivía ilegalmente en una choza que él mismo había construido en los aledaños de la pequeña ciudad alemana de Oppenau. En un primer momento, según ha informado la policía, el ‘Rambo’ alemán pareció mostrar una actitud de cooperación, pero pronto logró arreglárselas para, a punta de pistola, desarmar a los cuatro policías que tenía delante. Como recoge el medio alemán Bild, nadie salió herido, pero Rausch se había hecho con las cuatro armas reglamentarias de los agentes y emprendió su huida a la Selva Negra.

Seis días y cinco noches sin rastro en la Selva Negra

A partir de ahí, lo que acontecen son seis días y cinco noches de intensa búsqueda de un individuo que, según las palabras de su propia madre de las que se hacen eco medios como Daily Mail, después de que le echasen de la vivienda que tenía alquilada el pasado año y tras vivir posteriormente con una tía suya, decidió crear su propio hogar y “escapar a la naturaleza para ser libre”. Por eso, Rausch conocía muy bien el lugar en el que había decido huir para esconderse.

De repente, los vecinos que se encontraban en la zona pasaron a vivir con asombro en un escenario que parecía más propio de una película, por si fuera poco con la situación provocada por la pandemia. Las autoridades pasaron a desplegar sobre la zona un amplísimo dispositivo de búsqueda y ordenaron a los residentes no salir de sus casas, al tiempo en que las carreteras permanecían cerradas facilitando una operación que no iba a escatimar en recursos: helicópteros, un equipo de élite, sensores térmicos, numerosos efectivos peinando la zona por tierra y además… perros de búsqueda. Si algo podía rivalizar con Rausch en ese entorno, eso era sin duda el olfato de una unidad canina especializada, fundamental en este tipo de rastreos.

Una pista ofrecida por un hombre en primer lugar y las señales aportadas por un perro de búsqueda en última instancia fueron las que llevaron a la policía a dar con el punto en el que permanecía escondido el fugitivo que puso en jaque a las autoridades durante casi una semana.

“Debido al comportamiento del perro estábamos bastante seguros de que tenía que ser una nueva pista”, explica ahora el jefe de operaciones de la policía, Jürgen Rieger, en declaraciones recogidas por Bild.

El ‘Rambo’ alemán, con cuatro pistolas y un hacha en su regazo

Efectivamente, seis días y cinco noches después los agentes dieron con la ubicación del ‘Rambo’ alemán. Estaba agachado junto a unos arbustos, tenía cuatro armas de fuego frente a él y un hacha en su regazo.

Durante la detención, durante la cual –además de las otras cuatro– también requisaron su arma de fuego, fue levemente herido, pero no ha requerido asistencia hospitalaria y permanece bajo custodia.

Ahora, el ‘Rambo’ alemán, quien según las propias autoridades había hecho del bosque "su hábitat", será sometido a un examen psicológico después de que así se haya estimado oportuno, al igual que le realizarán un análisis para verificar si había tomado algún tipo de sustancia o medicamento.