El paramédico Diego Bianco, de 46 años, falleció el pasado viernes en su casa de Montello tras ser diagnosticado por COVID-19 y sufrir fiebre durante siete días. El especialista trabajaba en una de las regiones más golpeadas por el contagio de coronavirus en la actualidad, Lombardía.
En la actualidad los ciudadanos de toda Italia, con más de 2.000 muertos y alrededor de 28.000 contagiados, permanecen confinados en sus hogares por el coronavirus desde la pasada semana.
Después del diagnóstico de Diego, su centro de operaciones de servicios de emergencia fue desinfectado, y algunos de sus colegas recibieron instrucciones de autoaislarse después de experimentar síntomas asociados con el coronavirus.
Según el periódico italiano Corriere della Sera, los compañeros de trabajo de Diego afirmaron que estaba médicamente bien antes de su muerte.
Uno de sus compañeros de trabajo, Davide Brescancin, ha pedido a las autoridades que protejan a los profesionales de la salud ya que están expuestos al COVID-19 durante sus turnos.
Riccardo Germani, portavoz del sindicato de salud ADL Cobas Lombardía, destacó: 'Diego era un trabajador capacitado, un salvador que siempre ha usado equipo de protección personal, no era anciano y no tenía otras enfermedades”