A la obsesión de Donald Trump por el "muro antiinmigración" que aseguró con un vehemente "lo construiré", le respondieron las caras serias y el silencio de los demócratas, contrarios a su agenda que lo acusan de empeorar la cooperación entre partidos. Es la primera vez que se dirige a la Cámara con mayoría demócrata, antes controlada por los republicanos.
"Tenemos el deber moral de crear un sistema de inmigración que proteja las vidas y los empleos de nuestros ciudadanos”, argumentó y que condenó al cierre de la administración durante casi un mes.
El presidente de Estados Unidos se refirió a la "brutalidad del régimen" del presidente venezolano, Nicolás Maduro, que en su opinión ha convertido a Venezuela en "un estado de pobreza y desesperación". "Estamos con el pueblo de Venezuela en su noble búsqueda de la libertad y condenamos la brutalidad del régimen de Maduro, cuyas políticas socialistas han hecho que esa nación pase de ser la más rica de Sudamérica a ser un estado de pobreza y desesperación", ha asegurado. Aludió a su hombre en Caracas, a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y autoproclamado presidente interino del país.
Para China, un tema con el que consiguió millones de votos, entre los estados más pobres de EEUU, también tuvo palabras que recordaron su eslogan populista de "hacer América grande otra vez". "El robo de puestos de trabajo estadounidenses y de la riqueza de nuestro país ha acabado", ha subrayado Trump, culpando a los anteriores gobiernos estadounidenses por "permitir que esto ocurra".
Trump, sin embargo, ha señalado que no descartaría negociar un nuevo acuerdo sobre el control de armas nucleares en el que se incluya a China y a otros países.
"Quizás podamos negociar un acuerdo diferente sumando a China y a otros países o quizás no podamos", ha señalado Trump durante su discurso del Estado de la Unión ante la Cámara de Representantes. "En tal caso, gastaremos más e innovaremos más que los demás de lejos", ha añadido.