Menos de 24 horas de infarto

Pilar García de la Granja 07/11/2016 12:00

Barak Obama salió reelegido presidente en 2012 en unas elecciones a las que acudió a votar el 54% del electorado. Este 2016, la cosa parece bien distinta. Dicen que hay millones de nuevos votantes en estados clave como Florida o Carolina del Norte, y, sobre todo movilización de última hora. En el denominado “voto adelantado” habrían votado hasta un 40% de los llamados a votar. Al ser las elecciones en martes, en algunos estados se puede votar desde hace un mes, bien por correo, bien presencial. Es más se puede hasta cambiar el voto. Pongamos que el FBI influye directamente en tu decisión de voto: pues vas y lo cambias.

El FBI ha sido uno de los grandes protagonistas de la campaña electoral. A última hora del domingo su director James Comey, el mismo que hace diez días reabría una investigación contra Clinton por los famosos 650.000 mails encontrados en el ordenador de Huma Abbedin, su persona de confianza, la cerraba sin mas. Tardó el FBI un año en revisar 30.000 mails y ha tardado 10 más en revisar 650.000. Pero el daño está hecho. La campaña de Clinton cree que la investigación del FBI les ha podido afectar de forma directa, aunque muchos otros aseguran que el “tema de los mails ya estaba descontado”.

El caso es que a 24 horas, las campañas siguen empatadas y prestigiosos encuestadores como Lichtman y Norpoth le dan la victoria a Trump. Nate Silver tampoco está seguro de lo que puede pasar y, para curarse en salud asegura que Clinton está “a un estado de perder la Casa Blanca”. Es más, dice Nate Silver que la media de las encuestas que dan una ventaja de hasta 5 puntos a la candidata demócrata están mal hechas.

Y algo sí debe de estar pasando, dentro del desconcierto, porque la campaña de Hillary no puede tener ya más estrellas de Hollywood, cantantes mundialmente conocidos y presentadores de televisión en sus mítines. El todo del mundo artístico apoya a Hillary, desde Adelle hasta Beyonce, pasando por Madonna o Bon Jovi. Despliegue también de la familia Obama sin precedentes. Nunca antes un presidente saliente se había volcado de ésta manera en la campaña del sucesor de su partido. Hasta ahora se entendía que el Presidente lo era de todos los estadounidenses, y apoyaba con cierta distancia.

Pero en éstas elecciones ago está pasando. A menos de 24 horas, la sensación es que al final, Trump puede ganar. Y sólo la sensación ya es un despropósito. El populismo de Wharton al poder. Quien lo iba a imaginar.