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Una empleada que trabajaba en una estación de transportes de Londres moría tras dar positivo en coronavirus después de que un hombre contagiado por el virus, le escupiera mientras estaba de servicio.
Belly Mujinga, de 47 años, se encontraba trabajando en la estación de Victoria en el suroeste de Londres, el pasado mes de marzo, cuando un viajero, positivo en Covid-19, escupió y tosió a la trabajadora y a otra compañera. A los pocos días de lo ocurrido, ambas daban positivo en coronavirus.
La trabajadora, que tenía problemas respiratorios previos, ingresó en el hospital Barnet y aunque los médicos hicieron lo imposible por salvarle la vida, Mujinga murió el pasado 5 de abril tal y como confirmó el sindicato TSSA (La Autoridad de Normas Técnicas y Seguridad administrativa).
El sindicato ha denunciado lo ocurrido a la Inspección de Ferrocarriles para su investigación. Mientras, el secretario general de la TSSA, Manuel Cortés, dijo: "Estamos conmocionados y devastados por la muerte de Belly. Ella es una de las muchas trabajadoras en primera línea que han perdido la vida por el coronavirus".
El Secretario de Estado para la Salud y la Asistencia Social de Reino Unido, anunció recientemente que "se pagarían 60.000 libras a aquellos trabajadores de salud y cuidado que mueren como resultado de la pandemia. Nuestra opinión es que esta compensación debería extenderse a las familias de todos los trabajadores expuestos al virus que están jugándose la vida salvando el país".
Manuel Cortés lamentaba el fallecimiento de Belly al mismo tiempo que aseguraba que su muerte podría haberse evitado. El secretario de la TSSA, recriminaba que la trabajadora debía haber sido dada de baja al comienzo de la pandemia al ser considerada como grupo de riesgo por sus patologías previas. También reivindicaba al Gobierno que se deben tomar las precauciones y medidas adecuadas para que no se pierdan más vidas.
"Cualquier persona que sea vulnerable debe permanecer en casa, y teletrabajo debe ser el valor predeterminado siempre que sea posible. Nuestra industria ferroviaria debe tener una visión muy seria de las tareas que se consideran "esenciales" y debe establecer protecciones para todos nuestros miembros y nuestros pasajeros".
La policía de transporte británica ha iniciado una investigación sobre este terrible incidente.