En un acto del grupo parlamentario de su Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Erdogan ha subrayado que "las fuerzas policiales han superado el test de la democracia", según informa la agencia oficial Anatolia.
"Las provocaciones fueron reflejadas como una manifestación inocente de ecologistas pero en realidad se trató de violencia contra civiles y propiedades públicas", ha subrayado, criticando la cobertura que han hecho de estos sucesos tanto algunos medios nacionales como internacionales.
En cuanto a las críticas por el uso de gases lacrimógenos por parte de los agentes, Erdogan ha defendido que "el uso de gases lacrimógenos contra los manifestantes es un derecho incontestable de la Policía". "La Policía usa su poder cuando es desobedecida", ha aseverado.
En opinión del primer ministro, "un movimiento sin principios y no moderado que se basa en mentiras y engaños no puede recibir el respaldo de los ciudadanos".
Los manifestantes "se han alzado por los árboles y el medio ambiente pero han destruido ciudades", ha añadido. Según Erdogan, "el pueblo y Anatolia no apoyan estas protestas, solo los medios, el capital y los lobbies las respaldan".
Por otra parte, ha hecho un llamamiento a evitar la violencia sectaria. "Hay algunos provocadores que intentan jugar el juego de la división sectaria", por lo que "llamo a todos mis hermanos que pertenecen a distintas sectas: por favor no os dejéis engañar por estos juegos, sed prudentes, los acontecimientos son un paso para debilitar la unidad nacional". Así las cosas, Erdogan ha considerado que Turquía saldrá reforzada de estas protestas.
Las protestas comenzaron en Estambul a raíz del anuncio de la tala de árboles centenarios de la plaza Taksim para la construcción de un centro comercial, pero la violenta represión policial contra los manifestantes provocó una movilización aún mayor, que se extendió a otras ciudades del país, para denunciar lo que consideran autoritarismo del primer ministro.