Expertos de la ONU instan a combatir los abusos perpetrados bajo el pretexto de la brujería

EUROPA PRESS 05/10/2017 20:16

Más de cien expertos internacionales han propuesto medidas concretas para combatir este tipo de prácticas, como son el refuerzo en la recogida de datos, la revisión de leyes, la colaboración con los sanadores tradicionales, la prohibición de la publicidad de brujería en medios de comunicación y la regulación de prácticas pseudorreligiosas.

Cuatro relatoras de la ONU han suscrito un comunicado conjunto para exponer estas propuestas y reclamar a los gobiernos un enfoque que combine la "acción legislativa" con trabajos de implicación con miembros de la sociedad civil como curanderos, líderes religiosos o colectivos perseguidos.

La relatora que analiza para Naciones Unidas los derechos de las personas con albinismo, Ikponwosa Ero, ha denunciado "asesinatos, ataques rituales, mutilaciones, sacrificios humanos, torturas, tratos inhumanos y degradantes, discriminación y aislamiento", entre otras prácticas a las que son sometidos los albinos principalmente en zonas de África.

La responsable de ejecuciones extrajudiciales y arbitrarias, Agnes Callamard, ha apelado a la responsabilidad del Estado, que "debe hacer todo lo posible para impedir que se produzcan asesinatos relacionados con la brujería", lo que pasa entre otras cuestiones por combatir "los estereotipos perjudiciales".

En este sentido, Callamard ha propuesto tratar estos abusos como "delitos de odio" y ha pedido protección para las víctimas, que deben tener derecho a la "prevención, investigación, castigo y compensación", según el comunicado difundido por el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.

Las relatoras sobre derechos de las mujeres y de los niños, Dubravka Simonovic y Marta Santos Pais, respectivamente, también han alertado de las consecuencias que las prácticas tradicionales tienen para los colectivos que analizan. En el caso de Santos Pais, ha recordado que la "impunidad" suele imperar en este tipo de casos y "los niños apenas tienen acceso a mecanismos de recuperación y reintegración social".

"Ser acusado de brujería es una forma de violencia psicológica en sí misma y, a menudo, está asociada con ataques horribles que equivalen a tortura. Aunque las víctimas infantiles sobrevivan, terminan estigmatizadas, abandonadas y obligadas a vivir en la calle, donde les espera una vida aún más vulnerable", ha lamentado la relatora.