Ben Alí, quien huyó a Arabia Saudí el 14 de enero de 2011 a causa de las movilizaciones populares que pusieron fin a su régimen, ya ha recibido varias condenas de décadas de cárcel, también en ausencia, por casos de corrupción y tortura y se enfrenta a nuevos cargos. Hay pocos indicios de que las autoridades saudíes tengan intención de repatriarlo.
Los hechos juzgados en este caso sucedieron en enero del año pasado. El pasado mes de mayo, un fiscal militar pidió la pena de muerte contra Ben Alí por su papel en la muerte de manifestantes. Ninguno de los altos cargos procesados hasta la fecha por la represión de 2011 ha sido condenado a muerte hasta la fecha.