El Frente Polisario rompe con el Gobierno de España

  • La organización fundada en 1973, que rompió la tregua en vigor con Marruecos desde 1991, suspende todos sus contactos con el Ejecutivo de Pedro Sánchez apenas dos días después de la visita del presidente del Gobierno al rey Mohamed VI en Rabat

El Frente Polisario ha roto con el Gobierno de España. En un duro comunicado emitido en poco antes de la medianoche de este domingo, la Secretaría General de la organización que defiende la creación de un Estado independiente para la que fuera colonia española hasta febrero de 1976 anunció “la suspensión de todos sus contactos con el actual Gobierno español”, una medida –esperada- que llega apenas dos días después del término de la visita de Pedro Sánchez al rey de Marruecos, Mohamed VI, a Rabat para sellar la reconciliación tras casi un año y medio de desencuentro.

En la nota, la organización dirigida por Brahim Ghali –el veterano militar accedió de manera irregular en suelo español para ingresar durante semanas en un hospital de Logroño durante la pasada primavera- expone en cuatro puntos las razones que le han llevado a romper relaciones con el Ejecutivo Sánchez, que reproducimos de manera íntegra.

1. “ (…) El anuncio del apoyo del Gobierno de Sánchez al plan del ocupante marroquí destinado a legislar la anexión de los territorios del Sáhara Occidental por la fuerza y la supresión de los derechos inalienables del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia. 2. (…) los pasos concretos que ha dado el Gobierno de Pedro Sánchez en este sentido”. 3. “El Estado español tiene responsabilidades frente al pueblo saharaui y ante las Naciones Unidas a la vez que es potencia administradora de la región”, y “sus responsabilidades no prescriben”.

Por todo ello, en el punto 4 de la nota de la Secretaría General, “el Frente Polisario decide suspender sus contactos con el actual Gobierno español para desmarcarse del uso de la cuestión saharaui en el marco de sus míseros tratos con la fuerza ocupante, hasta que se adhiera a las resoluciones de la legitimidad internacional que reconocen el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, y a respetar las fronteras de su país tal como son reconocidas internacionalmente”.

El anuncio oficial del Polisario llegaba apenas horas después de que su delegado en España, Abdulah Arabi, criticara en una entrevista a Europa Press el acuerdo suscrito por los dos países durante la visita de Sánchez a Rabat. Respecto al punto del texto que anuncia la recuperación del diálogo sobre los espacios marítimos, Arabi recordó a Sánchez que el Tribunal General de la Unión Europa ya ha establecido que sólo el pueblo saharaui puede decidir el futuro de sus aguas territoriales. “Las aguas territoriales del Sáhara Occidental forman parte del Sáhara Occidental y si el territorio está pendiente de descolonización, las aguas también”, aseguraba el delegado de la entidad en España, esgrimiendo que la justicia europea ha dictaminado que Marruecos y el territorio saharaui “son distintos y separados”.

Por otra parte, horas antes de su visita a Rabat, el Congreso de los Diputados había reprobado el cambio de postura de Sánchez al dar su apoyo a una iniciativa de Podemos, ERC y Bildu en favor de la celebración de un referéndum pactado sobre el Sáhara Occidental. La iniciativa obtuvo 168 votos a favor frente a 118 en contra (del PSOE) y 61 abstenciones. La Delegación del Polisario en España expresó su satisfacción por el “rechazo al cambio de postura” del presidente del Gobierno.

La carta que lo cambió todo

Con su carta remitida al rey de Marruecos el pasado 14 de marzo –revelada por el soberano cuatro días después sin que desde Moncloa se hubiera hecho mención alguna a su existencia-, el Gobierno de España rompía con su tradicional juego de equilibrios en la cuestión saharaui al calificar la propuesta de autonomía presentada por Rabat en 2007 para la antigua colonia española como “la base más seria, realista y creíble para la resolución del diferendo”.

Sólo horas después de la difusión de la carta al rey Mohamed VI desde Palacio, Argelia, que desde hace décadas se enfrenta a Marruecos por la cuestión saharaui, manifestaba su rechazo al respaldo español a la soberanía marroquí sobre el Sáhara retirando de manera inmediata a su embajador en Madrid, Said Moussi (quien llevaba apenas dos meses al frente de la representación diplomática del país magrebí en España). No será la única manera en que la otra gran potencia del Magreb seguirá protestando contra el Gobierno Sánchez. Las autoridades del país magrebí, que ha sido el tradicional primer suministrador de gas natural a España, ya confirmaron a las españolas que incrementarán el precio del hidrocarburo.

Por su parte, Argelia rompió unilateralmente el pasado 24 de agosto relaciones diplomáticas con Marruecos tras meses de tensiones y acusaciones mutuas. La ruptura se confirmó el 31 de octubre, fecha en que expiraba el contrato del gasoducto Magreb Europa, que transportaba el gas argelino a la Península a través de territorio marroquí. Argel no lo renovó. En noviembre pasado la tensión escaló hasta temerse por un enfrentamiento armado entre los dos países a raíz de la muerte de tres ciudadanos argelinos alcanzados por un proyectil –supuestamente lanzado por el Ejército marroquí- mientras transitaban por una ruta dentro del territorio saharaui.

Vuelta a las hostilidades en noviembre de 2020

El respaldo del Gobierno Sánchez al plan autonomista bajo soberanía de Rabat para el antiguo Sáhara español culmina un año y medio de tensiones en el conjunto del Magreb. Todo comenzó en noviembre de 2020, cuando el Frente Polisario daba por roto el alto el fuego vigente con Marruecos desde 1991 a raíz de que las fuerzas armadas marroquíes disolvieran una protesta de activistas vinculados al Polisario en el paso de Guerguerat, junto a la frontera con Mauritania.

Menos de un mes después el presidente estadounidense Donald Trump anunciaba a través de Twitter el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Una decisión que el actual mandatario, Joe Biden, no ha revertido y que explica la sucesión de hechos que han marcado la realidad de la región en los últimos meses, incluido el desencuentro entre Rabat y Madrid.